En la Eneida (Quantum mutatus ab illo!)
Por primera vez desde hace meses hoy no me han puesto pañales, espero llegar a tiempo y no mearme.
Pedro M Martínez
Por primera vez desde hace meses hoy no me han puesto pañales, espero llegar a tiempo y no mearme.
Parker no sabe si lo dijo Robert A. Heinlein, o si Arthur C. Clarke fue quién dijo aquello del silencio es oro y otras frases así que dicen lo que dicen, ni una palabra más ni una menos.
No necesito mentiras para contar mi verdad.
Charla
poética de Antonio Gamoneda en la biblioteca de Bidebarrieta (Bilbao) dentro de
la semana de la poesía. 92 lúcidos años recordando a Blas de Otero, pasajes de
su vida, leyendo alguno de sus poemas e incluso uno inédito. Un privilegio.
Todos
los animales se reúnen en un gran gemido.
Oigo
silbar a la vejez. Tú acaso piensas en desapariciones.
Háblame
para que conozca la pureza de las palabras
inútiles.
De
Lápidas (1977-1986/ 2003)
Vi
montes
sin una flor, lápidas rojas,
pueblos
vacíos
y la
sombra que baja. Pero hierve
la luz
en los espinos. No comprendo. Sólo
veo
belleza.
------------Desconfío.
De
Blues Castellano (1961-1966 / 2004).
Consistencia
de fuego
rodeada
de llanto.
Lo
primero que se ama
son
los ojos: encienden
su luz
en la existencia
reunida
mirándose.
Pero
la luz
es
causa mortal. Herido
de
transparencia, mi
corazón
se oculta en la belleza.
De
Sublevación inmóvil (1953-1959/ 2003).
https://www.cervantesvirtual.com/portales/antonio_gamoneda/semblanza/
«Pienso que escribir poesía sea quizá una derrota necesaria. Pienso en la palabra derrota y me abrazo a ella como el náufrago se abraza a la última ola. Pienso en la palabra naufragio. Escribo la palabra naufragio y veo las calles de una ciudad, la gente que viene y va, como las olas, el movimiento confuso de las cosas y los seres: tal vez los restos de un viaje transoceánico que nunca supimos a dónde conducía y que ha llegado hasta aquí, hasta la palabra naufragio, hasta la palabra derrota. Escribo la palabra derrota y pienso en la palabra sentido: en el sentido de abrazarse a la última ola, de abrazarse al rescoldo, a la memoria que tartamudea en el centro de cada palabra, a la ceniza desde la que la memoria arde en los ojos, al hueco oceánico y ceniciento por el que se desploman las palabras y que siento como la única juntura posible. Ver, mirar, hablar. Pienso en las palabras, su rescoldo, su ceniza, su sonido, su música de sentido. Pienso en la poesía como en las palabras de un náufrago. Pienso en cada poema como en las últimas palabras de este naufragio, de esta derrota necesaria. No sé si me acerco a lo que pienso».
— Guadalupe Grande en el 16º Festival Internacional de Poesía de Medellín (2006).
En el desamor no está el olvido.
Me lo copia usted mil veces.
La cosa está clara, en dos semanas “Reina roja”, serie basada en el libro de Juan Gómez Jurado (más de 3 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo). se ha convertido en una de las más vistas tanto a nivel nacional como internacional.
Si lo leíste y te gustó el libro te gustará la serie porque está calcada, el guion ha sido supervisado por el escritor y ha querido ser tan fiel al texto y meter tantas cosas que algunos pasajes quedan confusos (para mí el menos). Si no lo leíste pues mira, eso que te ahorras, en la tele, más sencillo ¿no? A mí me resultó una novela demasiado fácil, se lee de un tirón, te puede enganchar si no le pides demasiado o nos has leído otros géneros y otros autores de novela negra. Cada uno con sus gustos según su criterio, sus manías y su experiencia.
La serie tiene las virtudes y los defectos de la novela. Con mi limitada visión de espectador creo que técnicamente es correcta, con muchos planos bien conseguidos, de ritmo ágil, muy televisiva y posiblemente por el cariño y simpatía que le tengo a Koldo Serra me la he visto en dos días.
¿Quiere esto decir algo?, sí, que la he visto, que es entretenida, que la gente hablará de ella, si no la ves te quedarás fuera, si la ves me gustaría conocer tu opinión.
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Piedad_del_can%C3%B3nigo_Despl%C3%A1#
Sobre
lo políticamente in/correcto. Lo que se llama algo así como un estudio de
marketing. Facebook es lo que es y da lo que da, llega hasta donde llega, no
política, no sexo (tetas, sobre todo tetas), no religión, no definiciones, no
enseñar la pata debajo de la puerta aunque los lobos ya no asustan a nadie, ni
siquiera a los valientes. Ya, qué quieres que te diga, que se ha terminado la
fiesta y todo es como era (¿cuándo?), bostezos 10-orgasmos 0, lo que viene
siendo la vida de toda la vida, eso mismo, pero no te confíes en cuantito se
vayan las borrascas, suban las temperaturas y caliente el sol o llueva o truene
podremos seguir mirando esta pantalla que dicen que atonta. pero tú no les
creas (en mi caso venía así de serie, en serio, atontado).
Estos
días, pensando (no mucho porque me duele la cabeza), (cuando pienso) me había
propuesto aligerarme de amigos mudos pero, oye, que me da pereza. Que se den de
baja ellos mismos.
No
creo que, pero tenía que decirlo.
Lánguida, entre cardos, su sombra asombrada, con lirios en las sienes, se abría paso entre el follaje y la bruma, azul tenue, el ris ras de las pisadas, imágenes para no decir, un caballo a su lado, la cadencia de sus patas traseras aplastando las iguanas, los parterres, los parasoles, (mira, mama, un caballo –decían los niños), su sombra orgullosa ocultando el temblor de los labios en el fastidio, en lo sombrío, sin cirios ni ceniza, san Dionisio Areopagita en equilibrio sobre un pie, piadosa, penitente cigüeña, san Juan verde, Judas amarillo, la bendición del fuego en la noche encapotada cuando ella quiso el abrazo del río, ciudadana desposeída de rimas y poemas, única en su desventura, melancólica de flautas tristes y manos vacías, condenada a la soledad, campos con ovejas y mastines, eslabones de una tragedia que empezó en un rictus, enredaderas de hierro suspendido, hilos de algas en sus cabellos, se ahogó, que Dios la acoja en su gloria, aviones sobre el camposanto, lo digo así, entre palabras que mienten como sábanas pintadas que ocultan el escenario y a los actores, barriendo sus huellas en el polvo del camino del recuerdo, con careta de poeta trasnochado, sin poder llorar, así, tal como lo digo.