martes, 20 de febrero de 2007

Comenzar de nuevo.


«Recordé entonces el mensaje de mi profesor de matemáticas, que reducía las relaciones humanas a ecuaciones que podían modificarse a voluntad, en función del resultado perseguido. Una vida: una raya a lápiz: Juan Borrego Borrego debía desaparecer. No podía permitirme el lujo de dejar que el pájaro fuera por ahí graznando que yo traducía sus libros antes de que él los hubiera escrito...» (de “Los negros del traductor” -.-Claude Bleton)

No desde la casilla cero, no, pero vestido de blanco se sube al trapecio y comienza a mecerse, adelante, atrás, preparando las posturas, los tirabuzones, la figura del ángel, la doble pirueta, el triple salto mortal, maquinando cuando soltar la barra, cuando abandonarse en los brazos del portor -que es él mismo, con lo que soltar la barra, saltar y recogerse con sus propios brazos tiene un simbolismo extraño, de momento-, cuando dejarse caer, sin saber si alguien mira, si en esa profunda oscuridad hay alguien sentado. No hay red y es un arriesgado ejercicio subir ahí arriba con una venda en los ojos.

Elabora sus equilibrios, funámbulo ocasional, arriesga los recuerdos ahí, en el aire, inventa cabriolas, giros, historias que no ocurrieron, inventa sus añoranzas, melancolía, risas, anhelos, camina por un cable entre un gancho anclado al suelo rojo y otro...otro, no sabe dónde está el otro, en algún lugar estará ya que la tensión le permite avanzar, paso a paso, sin aspavientos.-el miedo no se ve, está engarzado entre los músculos, bajo las uñas- Este es un circo con millones de pistas.

Aunque algo falta en el cuadro, lo intuye, algo que no, un agujero, está casi seguro. El transito después de treinta meses tiene un fin menos cándido del que puede aparentar. La mudanza busca más que aires nuevos, más que oxígeno, más que otras nieves, frío, calor, paisajes, labios fruncidos o sonrientes. Sabe que a nadie puede engañar, tampoco lo intenta. Marcharse con todo a cuestas no es una huida, al contrario, es la necesidad de movimiento, de intentar, de seguir por todos los caminos que se presenten. En las bifurcaciones optará por el azar o el viento, por aquellos en los que se escuche el canto del gallo o por donde duelan los silencios, por los que tengan barro o por los que se pueda saltar de piedra en piedra. Es igual, por ninguno llegará a ninguna parte, son caminos circulares, siempre estará en el punto de partida.
Y en algún momento, ahí adelante, comenzar de nuevo.



17 comments :

Misántropo dijo...

Queda claro, creo, en tu estupenda parábola del trapecista.

Yo te ofrezco mis piedritas para que saltes entre ellas, y todo el viento que el azar me sople.

Por cierto, tenemos que hablar usted y yo de música. La canción es genial. Y Bach, habla por sí solo. Y sis trompicones.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Trapecista sin maya que le salve. El público con la boca abierta mirando las piruetas. El tenso cable que va desde el este al oeste, o del norte al sur. Pistas circulares a modo de anillos y en el centró tú... el "Predigistador de las palabras".

Un besote.

C.A. Makkkafu.

marcia dijo...

caminos circulares, siempre estará en el punto de partida. Pero no será igual en cada vuelta tendrá más experticia, experiencia....
bello, bello

cariños

Anónimo dijo...

Esa es la vida… llegar a ninguna parte… caminos circulares que cada vez que los recorres encuentras nuevas sorpresas, vivencias, otras vidas… por eso siempre comienzas de nuevo… y cada vez se hace más difícil andar el círculo… da igual a la derecha, que a la izquierda, que de frente, o volver atrás… siempre estás tu mism@, por mucho que quieras, no te pierdes nunca, no te puedes dejar atrás, no puedes olvidarte de ti, o aprendes a vivir contigo o… aprendes a vivir contigo.
Un beso de gaia07.

Pedro M. Martínez dijo...

Misántropo tú yo podemos hablar de lo que quieras (menos de fútbol y política). De música es un tema sobre el que podemos estar horas. Ese reproductor que he colgado tiene la ventaja de que puedo poner 65 canciones y la desventaja que hay poco donde escoger, que hay que buscar mucho y que algunas canciones se entrecortan.
Kevin Johansen es un músico curioso, tiene otra canción “Sur o no sur” que estoy buscando para dejar aquí. Yo Yo Ma es un bachiano convencido. Y nosotros ¿no?
Y acepto tus piedras, te harán falta muchas, salto sin parar.
Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Makkkafu, vamos a ver, vamos a ver.
Trapecista sin maya
maya.
(De mayo, mes de la floración).
1. f. Planta herbácea perenne, de la familia de las Compuestas, con hojas radicales, tumbadas, en círculo, gruesas, algo vellosas, estrechas en la base, anchas y redondeadas en el extremo opuesto y con pocos dientes en el margen, flor única, terminal, sobre un escapo de uno o dos decímetros, con el centro amarillo y la corola blanca o matizada de rojo por la cara inferior, y fruto seco, casi esférico, con una sola semilla. Es común en los prados, y por el cultivo se han conseguido algunas variedades de flores completamente blancas o rojizas.
2. f. Muchacha elegida entre las más hermosas de un pueblo, un barrio o una calle, en las fiestas de mayo, y que preside los festejos populares.
3. f. Canción que se entona en las fiestas de mayo.
4. f. Juego de muchachos, consistente en esconderse todos, menos uno que queda al cuidado de un objeto, generalmente una piedra, al cual se da el nombre de maya. El lance está en llegar a la maya antes que el encargado de cuidarla, cuando este se separa de ella para descubrir a los escondidos.

hecha una ~.
1. loc. adj. U. para ponderar los atavíos de una muchacha o mujer.


Y el resto lo acepto como un cumplido.
¡Jajajajajajajajajajajajaguaaaaaaaaaapa!

Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Marcia cielo, a mi me pasa al revés, en cada vuelta sé menos, estoy más desorientado. Qué cosas.
Pero no desespero, sigo, sigo. Sigo.
Cariños ricos.

Pedro M. Martínez dijo...

Anónimo gaia07 sabias reflexiones las tuyas. Tienes razón, siempre estás tu mism@.
Y lo de o aprendes a vivir contigo o… aprendes a vivir contigo., pues también.
Durante un tiempo quise aprender a vivir con un contigo que no era yo y así pasa lo que pasa, ni contigo ni sin ti. Eso.
Besos. Y gracias.

Isabel Barceló Chico dijo...

Te deseo la mayor fortuna en esta travesía que continúas cambiando de nave. Sí, por algún sitio está ese gancho anclado no se sabe dónde... ¿Tal vez dentro del corazón del mismo que hace piruetas?. Sin darme cuenta, el enlace que te he puesto es el del blog anterior, pero ya tengo corregido el "apunte" para ponerlo bien en el siguiente. Saludos cordiales.

Pedro M. Martínez dijo...

Muchas gracias, Isabel, te compensaré enviándote direcciones (entre las muchas que sabes) donde podrás comer bien y barato, y otras en las que podrás comer bien y caro (a tu gusto).
Y aquí no necesito fortuna, para la vida de ahí fuera, sí.
Pero gracias otra vez.

Rain (v.m.t.) dijo...

Funambulismo del transfigurado carpe diem

riesgo

equilibrio entre el abismo y el cielo

funambulimso mental: liberación, ecuentro, hallazgo,
en la cuerda

en las palabras
en el enigma...

la mudanza se acomete y toma el nuevo espacio.

gran salute, Pedro.

Rain en ZQ. dijo...

Ahora sí, entro con el sactual link.

¿se nota cómo se desliza la lluvia por la posta y los árboles?

Anónimo dijo...

jajaja, vale vale chaval, cambio maya por red y arreglado jajaja, de todas maneras también pudiera ser un trapecista sin maya (en bolas) ¿o no? jajaja ¿o es malla? jajaja, se me dan mal las elles y las igriegas. (*_*).

Besossss

C.A. Makkkafu.

Pedro M. Martínez dijo...

Rain (v.m.t.) la mudanza se acomete, toma el nuevo espacio, los palacios de invierno, las escalinatas de películas rusas y –espero- el interés de los desinteresados.
Y el resto son palabras.
Sí, se perciben claramente cada una de las gotas de lluvia, se puede hasta poner nombre a cada una de ellas.
Necesito tiempo para conocerlas.
Y a ti.
Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Makkkafu. prefiero ser un trapecista en pelotas que en malla, mucho menos en maya.

malla.
(Del fr. maille).
1. f. Cada uno de los cuadriláteros que, formados por cuerdas o hilos que se cruzan y se anudan en sus cuatro vértices, constituyen el tejido de la red.
2. f. Tejido de pequeños anillos o eslabones de hierro o de otro metal, enlazados entre sí, de que se hacían las cotas y otras armaduras defensivas, y con el que se hacen actualmente portamonedas, bolsas y otros utensilios.
3. f. Cada uno de los eslabones de que se forma este tejido.
4. f. Tejido semejante al de la malla de la red.
5. f. Vestido de tejido de punto muy fino que, ajustado al cuerpo, usan en sus actuaciones los artistas de circo, bailarinas, etc. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
6. f. Heráld. Pieza cuadrada semejante al fuso, que contiene un espacio vacío de su misma forma.

Ay, preciosa, que bien lo pasamos. Besos

Gloria dijo...

Me encantan los trapecistas, estan tan cerca del borde... Me recordaste a la Marion de Win Wenders, y a mi en mis eternos recomienzos. Muy bello texto.

Pedro M. Martínez dijo...

Azul caleidoscopio conozco a un trapecista que está muy cerca de ser un borde. En cambio conozco a otros que se balancean con tanta gracia en el espacio que dan ganas de estar abajo, en la pista, con los brazos abiertos, no por si se caen, no, para abrazarles cuando bajen. Eso.
A mi los trapecistas me recuerdan siempre a Pinito del Oro.
Gracias.

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