sábado, 14 de abril de 2007

Las mujeres que amo.


Es tiempo de suspiros.
Las mujeres que amo están llenando las consultas médicas. Les afecta la primavera, o el otoño, o el pulso de la vida.
No logro entenderlas, pero sufro con su sufrimiento.
Y sale el sol. Para todos.

Es tiempo de vivir.
Las mujeres que amo están mirándose dentro y fuera, están mirando su mundo con preocupación.
Y no sé como saltar detrás de esa pared de sensibilidad, nervios, emociones, fluidos químicos y temblores que sacuden sus horas.
Y sale la luna. Para ellas.

Es tiempo de misterios o de respuestas.
Las mujeres que amo ven otros paisajes detrás de los que yo veo.
Y las envidio. Ellas llegan a otra dimensión que no percibo. Suerte y desgracia la mía, ser tan simple.
Tantas nubes no me dejan ver si es de día o de noche. Puede que sea un eclipse.

Es tiempo de esperanza.
Las mujeres que amo esperan esas palabras que todavía se están formando, esa caricia que apenas está esbozada, esa ternura que inventaremos. Hablan animadamente con los viejos fantasmas, como si en realidad estuviesen aquí, entre nosotros.
Quizás están, quizás sea esa la causa de todos los dolores de las mujeres que amo.

Las mujeres que amo requieren consulta médica porque les duele el alma o el corazón, porque tosen o tienen una vaga punzada en los riñones, porque una angustia les retuerce el pecho y no pueden dormir, o vivir, o soñar.

A las mujeres que amo les doy amor, tiempo, palabras, dedicación. Tienen diferentes edades o no tienen. Están unidas a mí por variados parentescos, o afinidades, o caminos paralelos, o simpatía, o viven al lado, o lejos, o soledad. Están llenas de patios soleados, de faroles permanentemente encendidos en la noche, de mesas con manteles de flores, de desayunos con café y galletas, de aromas, de miradas que hablan, de silencios que gritan, de distancias y cercanías, de tanta emoción sin etiquetas, de plantas que crecen y estallan en frutos de colores, de vida circulando por debajo de la vida.

En cambio, los hombres que amo sólo tienen esa mano y la mirada, el manual que explica todo y caminar al lado y en silencio. Los hombres que amo sufren y nadie lo advierte; gozan y alborotan el barrio con gritos y risas; mueren y cambian mi mirada para siempre.

Las mujeres y los hombres que amo son mi vida y yo con ellos, transitando los días y las noches hasta que se quede aquí la primavera.
Para siempre.


38 comments :

Etèria dijo...

Que dificil lo has puesto para dejar comentario alguno si lo has dicho todo.

Me ha encantado así que simplemente dejarte un beso.

porteña dijo...

Venía a agradecerte tu visita y me encuentro con estas palabras que me remecen el alma.

Seguiré leyendo,

un abrazo enorme

Natalia Paz dijo...

Yo creo definitivamente que CANDOR es una buena palabra....y es que soy tan candorosa a veces, para decirlo todo. Como niña chica, puede ser, puede ser....

Me encantó lo que escribiste, no sé en realidad si sucumbí ante las palabras o la combinación Pavarotti-letras que me dejó como lela, pensando en tomarme un café y leer un rato para dormir tranquila. "tomando un té y galletitas", bien siútica yo, pero seguramente voy a ser así cuando llegue a viejita: con té y galletitas, leyendo por la mañana o tocando el piano en la tarde.

Me gustó,
me gustó pasar por candorosa...^^

Un saludo
y a ver si nos leemos a menudo!
http://pequenaente.blogspot.com

Muak-muak!
=*

Anónimo dijo...

Buenos dias Glup.

Espera un poco, que me tomo el café, me lavo la cara, me maquillo un poco, abro "Juntos" (pag. 323) y te comento.

Y prepárate, que no has puesto asteríscos (como prometiste) y éste texto a Anónimo no se le escapa ni de coña.

Anónimo dijo...

Dos tenues pronombres, ambos subrayando el escrito -aún más - en primera persona. Sin más corecciones. Ni falta que hacen.

En otro orden de cosas (pero siguiendo con el texto) me llama la atención ¿por qué esos hombres que amas gozan, gritan, rien, alborotan - lo explican todo hasta en silencio - y las mujeres se duelen, se duelen, se duelen... (al menos en tres de tus párrafos)?.

En esta página, sin embargo, las que más hablan son ellas y algo me dice que las próximas (y prójimas)del otro lado de la pantalla, no sólo hablan, sino que además se explican, se rien, gozan de buena salud de alma, cuerpo y corazón y sí, van a toda clase de médicos para encontrar la respuesta que ellos, los de carne y hueso, tardan tanto en descubir.

Sigue siendo precioso.

Y gracias.

malditas musas dijo...

Yo no voy a analizar a las mujeres que amás (ni a los hombres), me voy a interrogar a mí misma con la siguiente pregunta a partir de tu texto ¿los seres que yo odio van a las mismas consultas que esas mujeres que vos amás? Porque de ser así, compartirían las filas, las charlas ocacionales, tal vez el amor... luego proyectos, hijos quizá, desgastes "ya no es como antes", separaciones, recuerdos en la piel... Historias al fin y al cabo, que se convierten en literatura :)
¿Qué hay de ellos?

Te dejo un beso (me gusta mucho tu espacio)
Musa Rella

Coblenza dijo...

Biene el alojamiento y la pensión completa también?
Entonces me quedo en el grupo ese de mujeres y hombres de tu vida.
;).
Te quiero.
Te beso.
(Qué impaciente que soy).

Margot dijo...

Curioso, yo siento y pienso algo parecido con respecto a los hombres que amo aunque sean tan distintos a esas mujeres que tú amas. Que va a ser la vida y no el género... y me gusta descubrir con tus palabras que sea así.

Claro, que me gusta la vida y las primaveras y eso lo convierte en camino de ida y vuelta.

Saludos con acacias

fgiucich dijo...

Es amor es siempre un tránsito inescrutable entre los seres humanos. Y es muy bueno sentirse amado. Abrazos.

Mónica Sabbatiello dijo...

No he podido más que sentir tu sensibilidad femenina. Y una gran ganas de darte un abrazo aéreo.

Pedro M. Martínez dijo...

belita, beso recibido, te envío otro. Tu página es incandescente. Pufff

Pedro M. Martínez dijo...

porteña, abrazado te agradezco esas palabras y volveré a tus lares.

Pedro M. Martínez dijo...

Candorosa Natalia, es una buena palabra, sí, no está de moda quizás pero refleja una actitud sincera. Te agradezco mucho tu comentario. Un beso grande.

fiorella dijo...

Cuanta ternura!Un beso montevideano.

Unknown dijo...

Quizás debamos aprender a amar la soledad.. y quizas esas consultas no serian tan necesarias..

besos

Churra dijo...

Como me ha gustado este post, la verdad es que unas veces te entiendo y otras no, pero siempre es un placer pasar por aqui, siempre .
besos

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio, voy a intentar contestar(te), los vinos de las 7 calles son peligrosos para mi estabilidad (para toda mi estabilidad, mental, de equilibrio, etc, como cuando bebía ¿recuerdas?. Pues eso).
Página 323, o 390, a quién le importa, escribo por necesidad, por auténtica necesidad de comunicar. A veces me reescribo, sí, ¿ a quién le importa?
Tú me conoces, esas mujeres de las que hablo son, sobre todo, mi familia, mis abuelas, mis tías, mi madre. Esos hombres también. Mi infancia está llena de mujeres. Mujeres que sufrían y gozaban, vivas, enérgicas, activas, no es momento de contarlo.
Después he amado a otras mujeres, pero eso, querida mía, es otra historia.
Te contestaré (en privado) en cuanto pueda.
Un beso, preciosa.

Pedro M. Martínez dijo...

Musa Rella, no lo sé, ¿me lo contarás?.
La verdad es que no odio a nadie (que recuerde ahora, al menos).
Las historias que se convierten en literatura son una buena terapia.
Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Coblenza, impaciente, se me van las horas, no quiero que me esclavice este medio (ni el otro). Te quiero, se paciente. Un beso (mientras tanto)

Pedro M. Martínez dijo...

Margot que me acaricias con palabras dulces –gracias- hablo de amor primero, de infancia, no he tenido tiempo para tener tantas “mujeres a quién amar”, es un escrito limpio, puro, de iniciación (la verdad, a estas horas ya no sé de qué va, no sé ni quién soy yo, ahora). Un beso.

Pedro M. Martínez dijo...

fgiucich, opino que es mejor amar (quizás porque siempre me he sentido amado). Aunque es una discusión larga. Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Nina de Papuza, ¿mi sensibilidad femenina?, no sé qué dirían quienes me conocen. En fin, gracias, es un bello halago. Gracias. Venga ese abrazo aéreo.

Pedro M. Martínez dijo...

palabras de chocolate, es algo que me preocupa, no sé – nunca he sabido- vivir en soledad. Quizás deba empezar a prepararme. Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

churra, no te preocupes, no hace falta que entiendas, con que sientas es suficiente. Yo te lo agradezco, muchas gracias. Un beso.

Anónimo dijo...

Un inciso: No olvido, no, que cuando bebías -antes - perdías una clase de equilibrio y ganabas otros cuantos.

Pero volvamos al TEXTO (y sus comentarios) que es de lo que aquí se trata, no de las historias que hay detrás, sino de las que aquí se muestran, delante de la pantalla. Para las otras, eso, el e-mail.

A ese respecto precisamente, debiera importarte a TI, que alguien llámese Anónimo, Magnolio o San Pedro recuerde, sepa exactamente, la página de un libro donde un día escribiste. Que ese alguien lo relea meses, años después, lo recuerde y se siga emocionando y encima lo comente literariamente, of course, que de eso se trata ¿¿¿NO???

Eso no le pasa ni a Cervantes que seguro estaría agradecido y encantado a pesar de siete, veintisiete, o la garrafa entera.

¡Hala! me voy con otro texto a la cama que, por cierto, también lo estoy releyendo y (ambos dos)tan contentos.

Luna Agua dijo...

Me he sentido identificada con las mueres que amas.
Esa porfía de querer ser entendida cuando a punto está el momento y de esperar una y otra vez las palabras que no llegaràn.

Maldita sea la cosa!!!

Pedro dijo...

Intensa Magnolio, que no son horas, que a las 2,15 se está en la cama, dormida, soñando, no leyendo historias (para no dormir).
En cualquier caso, obligado, volviendo a tu comentario, me postro agradecido ante tu magnánima y buena memoria, ante tu generosidad desmenuzándolo, ante tu sensibilidad emocionándote, ante tu precisa descripción (solo te ha faltado el nombre de la editorial) y eso, que a veces no te pillo, que parece que estás esperando no sé qué.
Pero te lleno de besos antes del café, del cigarro (¿cómo puedes fumar por la mañana?) y de tus múltiples obligaciones). Amen.

Pedro dijo...

Luna Agua, no sé qué decirte, quizás si intentas interlocutores más locuaces.
Gracias, un beso lleno de palabras (por si te sirven algunas)

Anónimo dijo...

Repito, uff, que agotamiento, menos mal que sólo soy intensa a ratitos (intempestivos, cuando estoy sola y fectivamente, he cumplido con mis múltiples obligaciones y devociones) : "esperando que" se me lea SÓLO lo que escribo.

Fumo a falta de otras cosas más agradables que llevarme a la boca y zonas circundantes (residuos de la fase oral).

"Autores diversos",Editorial Mizar, Octubre 2OOO, Barcelona.

Muy, muy recomendable, pero difícil de encontrar. Solicitudes a Glup.

M dijo...

Glup....qué generoso, esa entrega sin limite y con vocación de multitudinaria....


B x C

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio, vale.

Pedro M. Martínez dijo...

Ofelia, ya lo he explicado antes. Por mi edad no he tenido tiempo de amar a tantas mujeres. En mi escrito me refiero (o eso intento) a las mujeres de mi familia, muy nutrida por cierto, en féminas, abuelas, tías, primas, hermana, mi madre –ay-.
También he querido (quiero) a mujeres en concreto, con otro tipo de amor, pero eso lo cuento en otros post.
Gracias.

Margot dijo...

Querido Glup, de conceptos sabor breva, yo hablaba de los mismos. Coñe, yo tampoco he tenido tanto tiempo!!! no al menos para amarlos a todos (jajaja). Es que en mi infancia y en el resto abundaron los varones, genes poco feministas se ve... cachis!!

Diana L. Caffaratti dijo...

Excelente. Has hecho que me sienta una de tus amadas.
:)

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, además de tiempo es una cuestión de voluntad. Hace tiempo quise amar a todas, pero cuando iba ya a la altura de Dinamarca me di cuenta que era imposible. Volví (iba a decir con el rabo entre las piernas, pero me parece una figura poco apropiada). Mis genes son tan machos como yo (lo cual no quita que uno tenga su corazoncito). Beso.

Pedro M. Martínez dijo...

Diana L. Caffaratti, por la amabilidad de tus comentarios no me das pie a decirte nada picante, ni trasgresor, ni fuera de tono, solo puedo decirte ¡gracias! (¿te han llegado las flores?)

mirada dijo...

Eres un amor querido Pedro, ¡qué bien nos conoces a todas y a todos!
Un abrazo enorme.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, sinceramente no me conozco ni a mi mismo, como para conocer a otros. Ese abrazo...aumentado.

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.756 entradas