martes, 15 de mayo de 2007

Taurina.

Tenía un amigo jienense, residente en Córdoba, flamencólogo, gran aficionado a los toros, que salpicaba sus conversaciones con abundantes términos taurinos.

Esa terminología tan rica, tan simbólica, es muy apropiada para los juegos de palabras y dobles sentidos. La verdad, todo esa jerga de los tercios, los pitones, las banderillas, la montera, el traje de luces, la suerte de varas, los picadores, la espada, los capotes, los mono sabios, la revolera, el pase de pecho, el tancredo, la alternativa, el albero, palmas y pitos, etc, da mucho de sí en las charlas de café, incluso en la literatura, o en la cama.

Ocurre que a veces comentamos de trasteo algunos textos perdidos en el ciberespacio. Consiste el trasteo en pasar repetida e insistentemente la muleta por la cara del toro con el ánimo de distraerle, faena sin el menor arte ni interés, destinada a pasar el tiempo con el ánimo de acabar pronto la lidia. Esto es lo que hay, bastante hacemos con comentar, no se puede pretender enviar Rayuela en cada comentario, o Cien Años de Soledad.

Hablando de soledad, precisamente estoy sentado ahora en una esquina del viento, escuchando el susurro leve de un amigo coleccionista de soledades, que deja en cada texto el ojo de una iguana, la desazón del regreso de los vencidos, la tenue pincelada de su poesía modernista. Escribe bien este hombre, implacable bebedor de cerveza, domador de gatos callejeros, sosegado paseante por las marismas de lo inconcreto, poco pero bien.

En cuanto a multitudes, encontramos a veces, escondidos entre la abundancia, auténticos tesoros, joyas, maravillas poéticas, líricas, ingeniosos escritos, sentidos discursos, íntimas confesiones que son de saludar en los tercios, de salir a hombros por la puerta grande, de llevarles hasta el hotel en andas, a la silla la reina, de subirles a la habitación y rendirles pleitesía frente al altar de estampas de vírgenes y santos de piel oscura. Me refiero a los toreros escritores, o viceversa, o así.

Aunque esto de los blogs y de los mensajes electrónicos está acabando con las palomas mensajeras –ay-, con el servicio de correos - hey, mister Postman, que cantaban los Beatles - incluso con los correveidiles enajenados que repartían noticias y mentiras. Hemos pasado de incomunicarnos por métodos tradicionales a incomunicarnos por medios sofisticados y arrogantes. Son los nuevos tiempos de la moqueta sobre la hierba, de la rebelión solitaria – ahora no me conecto, se van a enterar estos -, de los brindis al sol, de las antorchas de la mentira, de los saltamontes trepando sobre si mismos, de los depredadores de variados pelajes, de la huella de la materia sobre las almas pisoteadas.

Hoy me siento vulnerable, se me escapan los peces por las junturas de mis estanques con ranas bajo la flor de loto. Demasiada intensidad. Me siento a descansar bajo los membrillos y me embriago con su aroma. También me embriago con absenta y éter. Los objetos que me rodean crecen de forma desproporcionada, el router me mira amenazador, los dedos se alargan desmesuradamente y no pue do co n ti n u ar e s c r i b iii e n d o.

Y una ronda de subalternos transparentes me lleva a las tablas, frente al tendido de sombra. Allí me descabellan con un estoque de distancia y silencio, me cortan las dos orejas ante la fría mirada de los diestros, ante la indiferencia del respetable, dan la vuelta al ruedo -los toreros-y se van en busca de otra plaza, de otra corrida.

Olé.





22 comments :

M dijo...

Por Dios....hoy que no llevo peineta, estas tu cañi...¡¡

Trapio, no lo sé...pero taurina derrochas en cada escrito. Energizante, activas a base de letras mis neuronas....

Estoy por pedir oreja y rabo¡¡

B x C

Loredana Braghetto dijo...

me acordé de una canción de francis cabrel.

gaia07 dijo...

Si, en estos sitios, en estos medios, hay mucho de mentiras y correveidiles… comentarios de trasteo, si, los hay.

Pero… también estamos los que contamos verdades, sentimientos, vivencias… los que comentamos con el corazón y el alma… los que no trasteamos y vivimos contando con el aporte a nuestra cotidaniedad de otras almas y otras formas de ver la vida.

No todos queremos guardar la fría mirada, la distancia y el silencio… aunque quizás acabemos descabellandote con la intensidad y la insistencia de participar en tu “rebelión solitaria”.
Un beso de subalterna cercana y nunca callada.

Pedro M. Martínez dijo...

Viuda de Tantamount, lo sabía, rabo no, noooooooooooooooo.

Pedro M. Martínez dijo...

Loredana y cómo dice esa letra?

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, aquí no hay subalternos, todos somos cabeza de cartel, al menos del nuestro. Y, reina, de algo hay que escribir, entre sí y entre no vamos cambiando impresiones, historias, vivencias, desarrollamos nuestras capacidades, mejor o peor, pero con sinceridad, con ilusión, dedicación, con ganas.
Es muy interesante. Muchas gracias por tu comentario.
Y me voy que tengo una novillada aquí cerca y no he preparado el pase de pecho.

ybris dijo...

Yo de toros poco porque siempre abominé de ellos y sólo sé de ellos el chiste aquel:
"Donde haya una buena corrida que se quite el fútbol"
- Y el otro: "Eso, eso. Y los toros"

Pero me he aprendido ahora lo del trasteo para saber una vez más que tú, como buen sabio, sabes.
Lo que pasa es que algunos queremos a veces hacerlo -por aquello del cumplir- y nos quedamos prisioneros de la faena.

Y, aunque al final sigamos igual de incomunicados, parece que nos va la fiesta.

Abrazos.

Anónimo dijo...

No tengo, ni quiero, idea del mundo del toro - sólo cuando lo cuenta Lorca, lo metonimia Glup, o lo canta la Jurado -. Pero ellos, los que lidian, comentan que nunca es por dinero, se trata de endorfinas, de arte, de aplausos y publico.
De amor al toro que matan.

Margot dijo...

Y olé!!

De albero te pintaba yo hoy... te dejas?

Un beso desde el tendido y te dejo dar un buchito a mi bota de vino.

Margot dijo...

La del comentario suprimido fui yo, se me fue la mano en la faena y quedó repetido...

Pero va, otro beso.

Anónimo dijo...

Me ha gustado tu post, aunque... el mundo taurino me parece una brutalidad.

Besotes.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris y eso que en el post me he dejado el tema de los cuernos, que siempre da mucho juego.
Siguiendo tu chiste no recuerdo la última corrida, ni siquiera la última vez que fui a los toros.
Ahora, eso sí, lo que mejor domino es el desplante, ea, que me planto así, delante del morlaco (el que sea, el que venga), tiro el capote a la arena, abro los brazos en cruz y le miro a los ojos. Con dos cojones (que se dice).
Algo de torero tengo, ya te digo.
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio, ese final, un descabello, así, un machetazo, en too lo alto.
Tú si que eres torera (que no te coja un toro de fuego por la taleguilla).
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, pinta, pinta ¿por donde empezarías? (brazos, piernas, una oreja).
Déjame bien, ¿eh? todo por igual.
Vino y beso, va,

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, faena doble, toreas a pares, besas a triples, gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Y a mi, Basileia, pero no tiene nada que ver esto con eso, aquí no hay cornadas, ni toreros muertos, ni paseillos, solo letras. Y este beso.

Churra dijo...

Lo importante es rematar la faena , si el bicho se deja claro y
usted no de queje que tiene al publico entregado.
Olé ( yo si me he puesto peineta, que para eso es S Isidro ).

Pedro M. Martínez dijo...

churra, como se entere que le llamas bicho, verás.
Rematar la faena, eso, que no sea de aliño, estocada en todo lo alto.
Yo, la peineta tendría que clavármela. Ozú.

Atzavara dijo...

Yo no sé de toros (ni de tantas otras cosas)... pero creo saber bastantes sobre cartas, de esas manuscritas, de esas donde -aparte de palabras- llevan parte del alma...
Será nostalgia, tradicionalismo o deformación profesional (los carteros repartimos algo más que facturas o propaganda electoral)... pero sigo prefiriendo el papel a la comunicación electrónica...

Pedro M. Martínez dijo...

Atzavara, tampoco yo sé de toros (ni de casi nada), pero sé escribir cartas.
Ahora me falta saber a quién.
Aunque se me está olvidando escribir (a mano)

Tempus fugit dijo...

Estos personajes suelen sufrir taurinitis membrilloide crónica por el exceso de manzanilla, más que de absenta.
Háztelo mirar, que veo ciertos asomos....
(yo, en vez de absenta, leo un texto tuyo)

un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, el viajar es lo que tiene, se te pegan tantas cosas, yo he llegado a bailar sardana en Sabadell (y no me pasó nada, creo).
He estado mucho tiempo en Andalucía y me gustan sus gentes (sobre todo) y sus paisajes.
Lo de los toros es un recurso, ni recuerdo cuando he estado en una corrida (de toros). Tampoco pondría ninguna pega por ir a alguna.
Ah, el espejo de la madrastra de Blancanieves ya no lo tengo.
Ay, eres crítico, tío, no te das cuenta de mi sensibilidad.
Abrazos.

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