viernes, 13 de julio de 2007

Subterfugio.

Dime, en dónde, en qué avenida tus pies,

por dónde el rastro, en qué sendero.
Tus piernas, esas cintas que el vello deshilacha
y en la ojiva, el pubis, manojo de tu vientre,
la dovela.
Crece en tu torno el gladiolo,
llave anal, violador perenne,
y tres diosas
quieren morder contigo la manzana.
La negra mariposa se entretuvo en tu pecho,
en la brizna más rosa ya tiernamente liba.
Y tu rostro, en lo alto, ignora todo el fruto
que tu mano contiene.


Ana Rosetti


Llamé a esta página Glup para poder ser otro, para no ser sólo yo, para poder ir y venir a mi gusto, sin horarios, sin que nadie me reprenda porque llegué tarde, para engañarme desde dentro, para poder decir lo que no digo cuando digo y viceversa. Para que nadie me deje solo en una habitación sin techo. Para que nadie me exhiba en un escaparate como a un atracción exclusiva. Para continuar siendo fiel a mi mismo y a los otros.

Recibo comentarios inteligentes, sensibles, agradables, sencillos, ingeniosos, que comunican bondad, o necesidad, o soledad, o miedo, o simpatía, antipatía a veces. Recibo cortos mensajes de almas. También me envían cristales, papeles transparentes y silencios envueltos en ya te lo dije. Algunos me echan el humo de su cigarro a los ojos, les veo ir y venir con el ceño fruncido, enfurruñados y archivando otra carpeta porque a ellos, a ellos, solo faltaba, ya, pues solo me hacía falta esto ( y afilan la navaja plateada con la que dan tajos a la carne expuesta en las palabras).

Me envían cartas hombres obstinados, mujeres sin tiempo, pájaros saltando aquí y allí, historias de otros, técnicas variadas para decir todo o nada, tanto y tanto.

Alguien manda fuegos artificiales que explotan, brillan y se apagan. Algo ocurre ahí, donde nadie tiene acceso. Alguna ventana me cierra. O puerta. O luz apagada. O distancia.

Pero solo el hombre* existe , el resto es silencio. (* o la mujer, claro)

Como cada día, reviso de punta a punta la línea llena de sueños, sentimientos y palabras escogidas con mimo.

He recordado que antes, hace un millón de años, alguien me escribía cada día.
También hoy he envuelto, para ella, con papel para regalo estas palabras.
Las dejo aquí con el lazo final de mi amistad de ahora.




14 comments :

Arthur dijo...

Este post estuvo muy bonito, y la verdad acá estoy para vos, para ser tu amigo, psra ayudarte, para darte mis respuestas, que no sé si las considerás inteligentes ó no, claras u oscuras, fuertes ó debiles, peero que acá están. Y yo sé que harías lo mismo por mí, y lo tengo muy claro porque cuando yo estaba en Kirby's Dream Land, por lo de mi Mamá, estuviste al pendiente de mí, y por eso Molto Grazzie, de verdad.

Saludotes y abrazotes espaciales.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

P.S. Y una vez más soy primero, EEAA!!

Gusthav dijo...

La verdad es que así debe ser, a veces, en plena soledad nos atreveomos a ser nosotros mismos, sin caretas, tal cual somos. Y parece que cuando uno postea en su libreta (y díganme si no) tenemos que estar solos, porque la presencia de alguien más que mira mientras escribimos resulta un poco incómoda.

Saludos y abrazos

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

Anónimo dijo...

Cada noche es un regalo, cada letra el lazo que lo envuelve.

No se como calificaras mis comentarios, pero que sepas que el tesoro que leo aquí solo lo puedo agradecer con calderilla.

Mil noches y un beso.

Anónimo dijo...

Soy yo, en mi nombre, la que te invita a pasear
)todos los besos
o uno sólo(



[demuéstrame la intensidad]

...//

Pedro M. Martínez dijo...

Arthur, la verdad, recibo tus comentarios con tanta alegría que no me paro a calificarlos, a categorizarlos, son los tuyos y me gustan. Te los agradezco muchísimo.
Este abrazo de viernes y mi alegría porque tus problemas estén ya en vías de solución.

Pedro M. Martínez dijo...

Gusthav, como siempre todo es relativo. Me cortaría un dedo si según quién mirara por encima del hombro mientras escribo. (jajajaja, me iban a faltar manos).
Abrazos de viernes.

Pedro M. Martínez dijo...

Scheherazade, resulta que la que contaba cuentos cada noche eras tú. ¿O no?
No califico los comentarios, simplemente los agradezco, me asombro que se produzcan. Más con la intensidad y cariño del tuyo. No se merece. Te lo agradezco .
Solo un favor, ¿puedo cambiar las mil noches y un beso por mil besos y una noche?

Pedro M. Martínez dijo...

cecilia dijo a secret message to you-Devics, pero ocurre que aquí, ahora, no tengo altavoces y no puedo escuchar más que el murmullo de la mañana.
Luego, en casa, lo escucharé con calma.

Y te demostraré todas las intensidades.

Uno solo, muy largo.

Margot dijo...

Una pantalla de aire donde posar y que los demás posen. Y el resto... silencio como bien tú dices.

Señor Glup, a usted le gusta mimar las palabras estén o no envueltas para regalo... y al menos en mi caso eso basta. Me gustan las palabras y a pesar de "pegarme" con ellas, tanto como usted hace a veces, sé que no tengo ni quiero un tesoro distinto. Así que me paso y permanezco en su isla de bucanero en letras.

Besos mañaneros, de viernes, dubidubida! me dejas hacerte cosquillas hoy?

(Va, voy pidiendo una de chopitos y unas cañitas?)

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, tengo una mañana rara, más bien un mes raro. Recibo tu comentario en plena crisis existencial y no sé si tomármelo bien o tomármelo con soda (y unas rajitas de limón) (y un chorrito de ginebra)(o dos). Para evitar problemas digamos que a pesar del calor me abrazo a usted como un náufrago recién llegado a la playa y tiemblo (son muchas horas en el agua), recojo palabras perdidas en la arena, en muchas arenas, conchas, caracolas, peces voladores, pescadores de orilla, coquineros, albañiles, recaudadores de impuestos varios, alienígenas, una señora de verde con una cola larga (curioso para ser una señora) y ahora que lo dices, sí, yo también ¿eh?
Besos tus manos, las dos, uña a uña, dedo a dedo, me paso a los de los pies, y (con tu permiso) paso al ombligo.
Es viernes. Luce el sol. Olé.

Coblenza dijo...

¿Y qué te pensabas tú amor?

Qué yo no iba a asomarme a tus comentarios?

Creías que yo,
saldría por peteneras aludiendo la caló?
Va a ser que nop.

Porque yo,
te vengo comentando varios años. Eso es un derecho que se queda para mí, como un doctorado al que lo consigue.
Yo sólo pienso que tu eres para mí un lujo. Un hotel de 5 estrellas.
Una habitación con sábanas de hilo egipcio. Esa sensación fresca y sólo activa cuándo te posas sobre ellas.

Eso eres para mí -reiterado queda-.

Ahí justo ahí retomo mi sendero, ese en el que me quedo al salir de aquí.


Y,
vuelvo para y por tí.


*Ella, no se quién es.


Yo voy hacia donde pueda andar descalza,
sin necesidad de ropaje ni calzado alguno,
donde se me arrope con la calidez de los sentimientos
y la dulzura de las palabras aquí,

y pueda alcanzar la suavidad de una mano tendida.

Acudo allí donde se me ofrezca un aposento
en los sitios más privilegiados
y donde mis palabras puedan ser escuchadas
sin que queden ancladas en un eco repetitivo.

-yo es que soy así-

Huyo de los caminos circulares que no conducen a nada,
y de los viajes sin retorno.

-sólo se que contigo avanzo-

Sigo el camino que me permita subir peldaño a peldaño,
para ser mejor que ayer,
y,
aunque sepa que jamás llegaré a la cumbre,
sí pueda lograr,

acercarme más y más.

Huyo de andar por andar,
y de seguir un camino muy transitado
por ser costumbre sin sentido -y por aquello de andar por aquí-.

Me permito andar por senderos privados,

y tomarme un descanso a mitad de camino.

(Anda que no lo sabes Pedro).

Me permito, incluso, recular y desandar lo andado,
pero siempre para terminar alcanzando,

a paso firme o a tímidos pasitos, ¡qué más da!,
aquel camino que me haga sentir
que ése es el camino que he querido recorrer. El tuyo. Éste tú.

Glup.



Te quiero.

Muchos besos.
;)

M dijo...

A mi, también me escribieron todos los dias. Y me levantaba acelerada por leer.

Ahora, noto la falta.
Más la de sus letras que la de él.

B X C

Pedro M. Martínez dijo...

Coblenza, te leí ayer, rápido, estaba trabajando.
Luego volví a leerte, despacio, antes de salir, a la noche, de cena.
Ahora, con resaca, te leo, lentamente, saboreando cada palabra.
Y me maravilla tu comentario.
¿De dónde te salen? Reina.

Como en Hatari: “léemelo otra vez

Me duele la cabeza, el estómago, otras partes indefinidas. La cena, ya sabes. Excesos. Y todos eran tan buena gente, contaban anécdotas tan graciosas, tan humanas, tan reales, estábamos tan a gusto, que nos dieron las diez y las once y las doce, etc.
Que así estoy como estoy.
Por eso leerte es como una caricia.
Por mi frente.
Por la parte interior de mi frente.
La zona de las emociones
Si es que está ahí.
Si no, dónde esté.
Además es mutuo.
Lo del lujo.
También pienso que haberte conocido es un lujo.
Y hablar contigo un privilegio.
Claro –dirás- es fácil decirlo.
Vale, pero lo repito: pienso que haberte conocido es un lujo.
Y me quedo tan a gustito.
Aquí, con mi resaca y todo.
Guapa.
Me voy a tomar un café, cargado (el café)
Te dejo todo perdido de besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Viuda de Tantamount, es lo que pasa.
Y jode, no sabes cuanto (o sí lo sabes, sí, creo que lo sabes).
Las dos cosas.
Ser el lector diario.
Y no te cuento ser el que escribe.
Sé de qué hablas.
En mi caso era ella.
La que leía.

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