jueves, 31 de enero de 2008

Ay, amor.


Ay, amor, me ocurre contigo un grave y preocupante disturbio, es tal ternura que me produces que apenas puedo contener mis deseos de ir a buscarte, subir las escaleras, tomarte entre mis brazos y llevarte corriendo por las calles, indiferente a las miradas de los desocupados, de los curiosos, llevarte hasta el acantilado y ahí, frente al mar, acariciarte la frente mientras te musito dulzuras, beso tus cabellos lisos y te canto bajito eso de sin ti mi cama es ancha…pero tus clientes te esperan y tú, nerviosa, quieres volver a ordenar sus cuerpos desordenados, a sacar con las pinzas de tu conocimiento las espinas de sus males negros, los guijarros de congoja que obstruyen sus arterias, las palabras grises, premonitorias, que dirán aunque ellos no lo saben, y te vas, y yo detrás, llamándote, y el viento alborota la llamarada de tu pelo rojo, y te veo delgada y ágil, resuelta, con tu cabeza en otro lado, no tengo tiempo, no tengo tiempo, conejo blanco de Carroll viviendo en un reloj de bolsillo, creciendo y disminuyendo cuando comes la galleta de sentirte amada, o abandonada, o volviendo atrás, un año, otro año, hasta llegar ¿dónde? ¿a qué mirada perdida?¿ a qué silencio?¿ a qué ausencia? y te vas a Lima, a París, al fin del mundo te irías por saberte, por tener la llave, la que abre, la que cierra, y aún así sabes que nunca firmarás la paz, porque ya no podrán pedirte perdón, porque no podrán abrazarte diciendo me equivoqué, lo siento, estaba ocupado buscándome, estaba perdido, lo siento, lo siento y ahí me clavas el anzuelo de quererte y me baño de ternura, extranjero recién llegado a tus playas limpias, saltando entre las olas que nos llevan en la resaca de amarnos, tocándonos como ciegos, oliéndonos como animales que se reconocen iguales, palpándonos en una fiebre nueva que estaba ahí desde siempre, desde antes, desde una carta no contestada, desde una mirada que temía ese algo más, misterioso, inquietante, que me llenaba de miedo a saber y hacemos una vida dentro de otra vida y las paredes nos oprimen y las manos tendidas que nos exigen hacer lo correcto y ¿qué es lo correcto?¿qué es este deseo que arrasa?¿qué es este buscarnos con furia, con ansia, con dolor?, jamás, amor, jamás he sentido por ninguna mujer la pasión que me has hecho sentir, en mi memoria no está grabada una atracción tan intensa que me haga perder la razón, que me nuble la vista y solo pueda penetrarte con voces que salen desde detrás de mí mismo, desde otro que me habita y se encarama sobre tu cuerpo fibroso, que tiembla, que me recibe como si hubiera estado esperándolo desde el principio de los tiempos y, amor, tantas cosas me has dado que seré tu esclavo para siempre, desnudo y moreno, con mi culo blanco, postrado a tus pies y tejiendo el pañuelo que te adorne, que cambie tu mirada, el rojo te sienta bien, el rojo de la sangre abultando la vena de tu sien, justo donde se producen tus alteraciones cíclicas en las que pides más, sin saber si más es menos o si sí, o si no, sabiendo que tus brazos abiertos necesitan contener realidades, no vientos, no brisas cuando baja el sol, no céfiros que apenas ondulen el borde de tu vestido, ese que levanto con cuidado para buscar tu piel de nácar, mano subiendo por tus muslos, mano bajando por tu cadera, mano acariciando tus nalgas bajo unas bragas moradas, mano entre tus piernas, mano bailando una danza antigua y nuestros corazones alterándose y yo, te lo repito, sintiendo esta ternura que me inspiras, esta ternura que me arrasa de dolor cuando te vuelves bicho bola y me dejas fuera de tu mundo, de ese mundo al que quiero pertenecer aunque sea como el que sube el agua, como el que corta las malas hierbas en tu jardín, como el que te lleva el pan y el periódico, como este escritor que ha perdido el hilo de tanto pensar en ti y que te garantiza el cien por cien de su dolor, gramo a gramo, en estos tus días de encerramiento en las celdas del miedo, y ahí, sabiendo, iluminando ese pavor antiguo es donde me salta la ternura y aparto a manotazos a tus clientes, pobres, qué culpa tendrán, y te rapto y te llevo sobre el caballo de mi imaginación, perseguidos los dos por ejércitos de hombres y mujeres con gabardina, con boinas negras, con gestos de incomprensión y envidia, con antorchas en su noche fría y ya empieza a amanecer y el despertador me avisa que debo trabajar en febrero para llevar el pan a mis hijos.

Allí donde toques la memoria duele.

(Yorgos Seferis)

Andrew Bird


11 comments :

Єѕтnoм dijo...

"Ay,amor,que me desvela la verdad, entre tú y yo la soledad y un manojillo de escarcha"
Te abrazo, mucho.

George dijo...

la foto de la chica desnuda ta chévere...... asi yo también iría a buscarla :-D

Nikté dijo...

Y al final eyaculó

ybris dijo...

La ternura es mala consejera.
O buena, según se mire.
Con los bichos bola hay que recurrir al rapto.
Y a decir lo que dices, aunque los envidiosos persigan o el despertador nos despierte.

Un abrazo.

mirada dijo...

Es muy bello, todo, lo que dices, como lo dices, las fotografías, la música enmarca todo un hermoso homenaje a vuestro amor. Un abrazo enorme. Bo día meu rei.

fgiucich dijo...

La foto y el texto que camina por las fronteras de un amor casi imposible, muy buenos. Abrazos.

Margot dijo...

Que cuando te pones semifuso y hablas de galletas dulces o espinas, de Alicias y bichos bolas, de ciudades y mares, de mundos e inframundos... pues que me sube como frío y palabrita que te pedíría la manga de tu abrigo pa andar contigo.

Pero qué bien cuentas, jodío!!

Un beso. O muchos.

Unknown dijo...

Ay Amor!!

Que me vuelas en al piel
desnudando mi rutina
esa garra que me posee
y que compite contigo
esa ancla insensible
que de ti me seprara
y me acerca y eso...


Pedro.. un texto que surca todas las emociones y nos invita a soñar , a ser a pesar de la vida misma.

Un beso cariñoso y soñador...

Pedro M. Martínez dijo...

ondina, ay, como bailabas tú con esa canción ¿eh?
Qué tiempos.
Digo los tuyos (yo no había nacido. Me parece)
Jajajajajajajajaja
Ja

Es la cosa George, es la cosa.

Nikté dijo...Y al final eyaculó
Eso díselo a George.
Los poetas no eyaculan.

ybris¿Cómo? Ay, si no fuera por la ternura. A veces.
Y tuve un bicho bola bien majo. Qué conversaciones de madrugada. Aún le recuerdo con nostalgia.
Los envidiosos no me preocupan, no sabes cómo corro.
Contigo no, a ti te abrazo.

Gracias, Mirada, es un bello elogio. Te lo agradezco.
Solo un matiz, ese vuestro amor. No, que no, que no.
Esta es una página que tiende a lo literario, que intenta la poesía, que busca la expresión artística (aunque suene pretencioso).
Sobre todo me lo paso bien.
Y cuando por medio de esta página conozco a una persona como tú…pues bueno, ni te cuento. O sí. Es milagroso.
Un abrazo, un beso, etc.
Guapa.

Muchas gracias, fgiucich.
Y no es casi, es imposible.
Por eso escribo sobre él, me lo invento, lo desarrollo, lo estiro, vuelvo sobre lo mismo, es un tema redundante pero que da juego (a mi al menos).
Es como poner a Serrat y a Noa en mi Aquí, que se multiplican por tres las visitas.
Abrazos.

¿Por dónde te sube el frío?Margot, reina, que no se me enfríe usted, que me pongo confuso, obtuso, difuso, que no la manga, el abrigo entero, la bufanda, el sombrero, los calzoncillos largos y la bata de cola, lo que quieras, reina de Alejandría, que con esos besos tengo los belfos perdiditos.
Ole, buen humor, que no falte, besos.
Y besos.

Gracias Piel, eres muy amable.
Son ya muchos años.
Besos, preciosa.

mirada dijo...

ay.. ay.. ay.. es verdad, me he dejado llevar en demasia por la empatía. Millones de besos, no sabe la de ganas que tengo.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, no me hables de ganas que me voy para allí.
Mis besos.

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