lunes, 14 de enero de 2008

Dilogía (y 3)

Bajo los sauces
yo te llevo en mis brazos y te siento vivir.

Después salimos a la luz y, por primera vez,
tú ves el cielo y lo señalas y lo nombras.

Es verdad; en el extremo de tus manos,
el cielo es grande y azul.

(
Gamoneda)


Son las seis de la mañana, continúo despierto, me he comido el despertador, me doy cuenta que mañana estaré agotado por falta de sueño, me paro, muevo la cabeza, me compadezco de mi mismo con la ansiedad del amanecer y juego con seriedad, sonriendo pero respetando las normas, no pisar la raya, pisarla, borrar la raya, dibujarla, doblarla, llenarla de flores, apretarla entre los dedos y ya, canto mientras decido si clavaré estas elucubraciones en la puerta de madera de la ermita, pero sé que sí porque quiero que mis compañeros del astillero sepan hasta donde puede llegar la marea del corazón y eso que llaman amor que ni siquiera entiendo si es esto o es luz en el agua sucia del pantano, si solo es una locura que dura demasiado tiempo -toda mi vida, toda su indiferencia- y todavía me quedan dos años de contrato para salir de aquí, prisión de la voluntad, de cielos en continuo poniente y esto no dice nada y dice y mis poemas y cuentos pasan con pena, en silencio, avergonzados, mirando al suelo. Esta fragancia dice que si hablo sobre mi próstata o sobre las alteraciones en mi cuenta corriente emocional alguien al otro lado del Río Grande abre su ventana y entona una melodía muda con subtítulos y comentarios como banderolas al viento. Coincidencia o circunstancia, o quizás sea una cuestión de murallas alrededor del yo, de nubes atravesadas y atropelladas por los estorninos de noviembre, o de estepas meciéndose en plácidos atardeceres de revistas de fotografía. Debe ser un mal común, lo que le interesa no me interesa y viceversa y la vida del hombre la mecen con cuentos y León Felipe se sabía todos los cuentos y estamos hasta el gorro (frigio y frígido) de que nos cuenten cuentos. Sin embargo anteayer, ayer, hoy te he contado esta dilogía, mi querida lectora, mi querido lector. Mañana más, algo se me ocurrirá (cada día se me ocurre menos, puede ser el frío).

Fin

Georges Brassens


16 comments :

Єѕтnoм dijo...

Hoy sí que me siento como en tu "escritura emergente" y no tengo ni idea que demonios hago yo aquí. Pero estoy! Tal vez si me mandas un beso me ayude a confirmarlo.(jeje)

Pedro M. Martínez dijo...

ondina, no solo uno, dos, tres, cien besos por tu constancia e interés. Y por el resto.
Pero no besos así, al aire, no, besos, besos, de esos que te quitan la respiración.
A ello.

Cicloescenico dijo...

Gran escritura y exelente gusto musical, un placer pasearse por aqui.
un abrazo.

ybris dijo...

(Eso es mirar y lo demás guiñar los ojos).
(Yo, como Gamoneda, también creo que hay manos en cuyo extremo el cielo es grande y azul)
Y seguro que mañana más, que no me creo que cada vez se te ocurra menos visto lo que eres capaz de hacer desde tu insomnio. Tienes la virtud de chorrear las palabras como sartas y como flujos.
Palabras que siempre dejan la humedad de que proceden.

Abrazos.

Nikté dijo...

Mi ya tan amado Pedro, no quiero "oirte" escribir así...de frios y de que se yo el tiempo y mañana puede que menos.
No te lo voy a permitir.
Si un día después de una noche de insomnio decaes, aqui estaré para reconfortarte, dar ese calor que solo se consigue frotándo unas manos contra otras y decirte bajito que me muero si te me mueres.

¿Exagerao, no?
Pero cierto

Un beso, estornino petardin

PD: Omito comentario acerca de la (pr...) pa que veas que soy buena.
Pero me he reído, que conste.

Nikté dijo...

Se me olvidaba algo...no imagino la vida sin cuentos.
Miénteme, si

mirada dijo...

Esta dilogía me vuelve del revés ¿te imaginas?. Eres sol en este día lleno de nubes. Gracias corazón.
Un abrazo enorme

Pedro M. Martínez dijo...

Muchas gracias, Cicloescenico, le devuelvo la pelota al corner y le digo que lo suyo está bien rico, con esa mezcla entre lo literario y lo visual. Gran trabajo. Original. Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

No sé como entender lo que me comentas ybris.
Sabiendo que eres una persona seria, ese final me deja pensativo.
¿Será un guiño? ¿Será que una cosa es ser serio y otra estar vivo? ¿Será que siempre estoy pensando en lo mismo? Ay, yo qué sé. Te abrazo y que salga el sol por donde quiera.

Pedro M. Martínez dijo...

Así me gusta, Nikté, que te rías.
A veces no coinciden los sentidos del humor y hay suspicacias.
Puedes estar segura que procuro dedicarte, siempre, todas mis ternuras.
Y es que, reina, se te coge cariño.
Aunque no sea más que por tu constancia, sinceridad, tu sí pero no, tu no pero sí.
Desde un post que te leí que dedicaste a tu tía me cautivaste.
Y es que uno es un romántico decadente.
Te beso las manos, sor.

Pedro M. Martínez dijo...

Nikté, ¿has visto Jhonny Guitar?

—¿A cuántos hombres has olvidado?
—A tantos como mujeres tú recuerdas.
—¡No te vayas!
—No me he movido.
—Dime algo agradable.
—Claro. ¿Qué quieres que te diga?
—Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
—Te he esperado todos estos años.
—Dime que habrías muerto si yo no hubiera vuelto
—Habría muerto si tú no hubieras vuelto.
—Dime que me quieres todavía, como yo te quiero.
—Te quiero todavía como tú me quieres.
—Gracias. Muchas gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Mirada, imaginarte del derecho me turba.
Fíjate lo que me turbaría imaginarte del revés.
Niña, que uno tiene su corazoncito…
Te beso a más no poder.

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Me encanta la música... Gamoneda es pariente lejano de esta pequeña vaudeville (llevo su apellido cuando dejo el cabaret - de mi abuelita asturiana). Sus palabras como muchas veces me estremecen... QUé más puedo pedir?
Le dejo besos admirados, glup.

bajamar dijo...

he intentado comentar varias veces pero ésto se cae justo antes de publicar...las redes y los temporales no se avienen

me gustan mucho tu serie de dilogías. Había leido dialogias y pensé, claro, un dialogo, hondo e interminable..qué es sino eso lo que hacemos aquí. un placer cuando choca el mío, mi dialógo, con tus ojos, y viceversa

el amor como una luz en el pantano, redimiendolo, a veces, y ahondandolo otras...lo he dicho antes creo, y lo repito: me gustan mucho tus letras, leerte es un placer

un abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Madame Vaudeville, en esta escasez de tiempo (y de voluntad, a veces), la música es un buen vehículo para. Además exige, sólo, escucha, va, sensibilidad también, claro, y un cierto gusto. Pero eso del gusto es otra historia. Por cierto, este blog va de historias, sencillas, de la vida, el amor, esas cosas. Las palabras de tu pariente –admirado- te estremecen ¿ves? ese es un privilegio, mutuo. Por eso también escribo, primero por estremecerme, después por si alguien se estremece. Y aquí vamos, cada día, mientras el cuerpo (y la imaginación) aguanten. Besos rendidos.

Pedro M. Martínez dijo...

Agradecido bajamar, de tu lectura entre caídas de tensión (eléctrica) y vendavales. Esa es una lectura emocionante.
Y además te da tiempo y espacio para este comentario tan poético y tan bello.
Antes que llegue el viento, el de aquí, te lo agradezco con un abrazo quye no por lejano es menos entusiasta.
Y también un beso.

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