viernes, 2 de enero de 2009

▼ Febrero 2008 Ladridos.

Querido lector/a, me están ladrando.

Comienza el año y soy capaz de entender (la/lo/le). Otras cosas no, pero sí esos ladridos de buena mañana.

Comienza el viernes y me sorprenden estos post de un febrero antiguo, leo, me leo (léeme) y entonces era más viejo. Creo que por eso me ladran, no me reconocen.

Me miro al espejo, pronuncio lentamente…Dylan…Thomas…y en el espejo se superpone otro rostro que no es el mío, ni siquiera el de Elena, tan seria (sigue debajo del fragmento de -qué cosas- Dylan Thomas)

Aprendí los verbos de la voluntad y supe mi secreto;

las claves de la noche golpearon en mi lengua;

donde antes había sólo una, hubo de pronto muchas mentes sonoras.

Me está ladrando y lo entiendo (no que me ladre sino los ladridos). Esto es algo así como un viento paráclito

"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban.
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, las que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse"
(Hch 2, 1-4).)


Y me reconcilio con el recién nacido que no berrea sino que ladra y me mira con los colmillos brillantes, niño lobo, lobo año, año con una cicatriz y alergias, milanos volando en círculo y un rumor en la carballeira.

Es decir que hoy es el día DOS (2), apúntalo, 2 (DOS) , sal a la calle que ya es de día.
Si te ladran, recuérdame, puedo traducir(te)lo.
Hala, a lo tuyo.





4 comments :

gaia07 dijo...

Bonita huella, costura perfecta de un traje inigualable. Me ha recordado la impresionante Fingerprint de Artxanda.
Pero más me impresiona la tuya aquí. Y en mi brazo. Mejor no sigo o tendré que dar explicaciones sin sentido.
Un beso con huella (otra costura interesante).

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07, hay quién ve más allá de lo que ve.
Tú, ves.
Y sabes dejar huella.
Me las veo en un territorio indefinido entre mi puedo y mi quiero.
Como un bosque pintado dentro de mi bosque, dentro de otro bosque y así no hay quién busque la salida, ni vea el árbol.
Lo cante quién lo cante.
Dejo aquí, más de lo que creo, mucho más de lo que pretendo, trozos de mi alma (sí, así, como lo lees). Sin desmayo. Mucho trabajo. Pero un día llegas tú y ves, ¿ves?.



No hace falta que te diga que por eso, por conocer a personas como tú (que existen, gracias a los dioses, gracias a tu historia construida con todos los materiales que conforman la vida) es por lo que sigo aquí, robando horas a este sol que entra por la ventana.
No, te beso y me voy a aprovechar este puente inesperado.
(no creas, ya me he hecho mis 10 kms)
Te beso sin crisis, así, como un lobo.
Grrrrrrmuá

Tempus fugit dijo...

Ya sabes, si ladran... señal de que sigues cabalgando. Pero deben de ser los perros del aire los que oyes desde el lomo de Pegaso.

un abrazo, nuevo-viejo maestro

Pedro M. Martínez dijo...

De cenizas, esa vez, ayer, no tenía nada que ver con cabalgaduras, ni Pegasos, ni ná de ná, que ladraban, tío.
Lo mejor es que les entendía.
Soy bastante perro (a veces)
Abrazos, chaval.

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