lunes, 25 de mayo de 2009

L`amour, toujours l`amour.



Y si te quiero abierto
como el centro imposible de un mundo transparente,
si te quiero imposible, más allá de mis brazos
o la aurora que extiende un sueño en las tinieblas,
más abierto que el viento, más leve y más amante,
será porque mañana nos quisiera infinitos,
unidos como nieve a punto de ser agua.

Y es por eso que dejo resonar la memoria,
todas esas palabras de hilo que se enredan
en tu boca o la mía.

(Chantal Maillard)


Monique, jamás iremos juntos a París, ya no, pasó nuestro tiempo. No pasearemos tomados de la mano frente al número 5 de la rue de Lille, no me explicarás, paciente, que la vida no es trágica, sino cómica.

Veo tu/vuestra página y me parece un hijo descarriado, irreverente, que cambia las huellas y los signos, que no quiere reconocerse en un padre ausente, un símbolo de lo que no es, de un tiempo cerrado al goce, también al dolor, una aséptica mirada a un territorio extranjero, un contraste entre tu entusiasmo y mi indiferencia, una prueba del estertor de lo bello, del destierro, de cómo suplir una pasión por otra. Por eso ahora me río después de haber llorado tanto, cumplidos los plazos, tu transferencia, el vínculo de amor, ese amor-pasión en el lazo entre los seres lo has cambiado por otros seres, lejanos/cercanos, pintores, escultores, dibujantes de tu pasión, de tu ser íntimo, has cambiado la pasión del cuerpo por la del alma, ya no sé si tu cuerpo era también tu alma, tampoco importa demasiado. Ya no pasearemos por un Montmartre que tanto imaginé.

Sí, dudo que sigas leyendo, atareada en tu todo, tú eres ese todo y el resto es supervivencia, cosas nimias, comer, ver cómo rompen las olas en el faro de Arriluce, el canto de un pájaro en los árboles junto a tu casa, exageraciones, hablo sin la menor esperanza…persevero, no sé a qué viene esto, quizás a que hoy he pensado en ti después de mucho tiempo, he pensado que ya no pienso en ti, he pensado en la libertad de mis emociones, en suspiros, también en un plano detrás de otros planos que conforman una vida, otro tiempo, he dejado las nostalgias colgadas de un clavo, créeme, aunque quizás escribir así lo desmienta, no sé, casi nunca sé, vivo y digo, persevero, necesitaba escribir hoy, sobre ti, sobre una habitación luminosa, sobre un perro negro y lustroso, sobre la capacidad de empezar de nuevo, de aprender incluso de mi propia ignorancia, no sabía amar, comprendí que hacerlo proporciona infinito goce, mucho más que ser amado.

Manteniendo la mirada y las manos abiertas te digo, no me hagas caso, esa tu/vuestra página, que aplaudo, me parece la prueba de tu desamor, sin más. Y esta carta es solo la confirmación de que soy un estúpido despechado, rencoroso, reconcomido al pensar que me utilizaste, mi cuerpo, que jugaste con mi pasión y mi amor, mi candidez, mi entrega. Me siento ruin, injusto, al pensar que hiciste conmigo lo que tantas veces hice yo. Mucho más sabiendo que no es cierto.

Ahora te envío, como no, mi cariño y una sonrisa, mi disposición a que, aunque mi silencio sea lo natural, cuentes conmigo para aquellos mínimos resquicios en los que tu autosuficiencia no sea suficiente. También te beso.




15 comments :

Ventana indiscreta dijo...

No lo siento, Pedro, pero me llevas a aquello de:

La mer, la mer, toujours recommencée

y es por ello que tengo ganas de mojarme luego en Guillén:

el mar, el mar, sin cesar empezando

como si el mar fuera amor.

Besos como de siempre.

Pedro M. Martínez dijo...

Hubo un tiempo Ventana indiscreta, largo, demasiado tiempo, en el que entraba a todo, ya fuera a lo lejos o de cerca, me decían a y yo A(lo que pensaba que era A), me decían amarillo y contestaba magenta, era un agobiante ejercicio por sobrevivirme, un absurdo trabajo de ladrillos y zanjas, de yo más y miedo (creo). Ahora sumo y multiplico, es así, pues es así, que no, pues no, yo qué sé. A Guillén nunca le he cogido el punto, como a tantas. En cambio, qué cosas, en esta esquina estoy tan cómodo que digo sí y sigo en la mecedora, mirando por la ventana.
Besos tan de amigo que no parecen besos.

Arantza G. dijo...

Entro en este mundo y desaparezco; renuncio a mi espacio y me convierto en otro ser. Unas veces simple, otras complicado pero todos y cada uno de mis paseos me hacen sentir y eso ya es suficiente; suficiente para darme cuenta que estoy viva y que mi corazón aún late aunque haya momentos en los que convierta en la mariposa de Neruda;
La mariposa volotea
y arde con el sol a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
Me decían: No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses.
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea y desaparece.
Y te besa.

 Mayte dijo...

El corazón dilatado más no entregado...las cartas siempre son anuncio de la ausencia eso decía Benedetti y nunca lo olvide, le dieron otro sentido a mi gusto por ellos como si de pronto me abrieran un caleidoscopio, No, las cartas no solo de amor...hay tantas cosas más que pueden llegar a ser...importantes. Aunque claro nunca tan importantes como Amar y ya me veo divagando...así queeee bikiño y salgo de puntillas :P

gloria dijo...

Te dejo un beso, Pedro, porque me apetece, nada más.

¿Tus palabras? Qué te voy a decir que tú no sepas. A mí me parecen tan maravillosas como siempre, sólo que esta vez quizás duelan un poco más, o no, yo qué sé, porque no es que yo sepa algo de nada.

Me pasa (no sé si a ti también) que cuando escribo desde las tripas en un momento de melancolía absoluta (en mi caso, la mayoría de las veces, pero eso es otra historia) me redescubro a mí misma, lo que he olvidado y lo que no, lo que duele más o menos de lo que pensaba, y al final, siempre termino igual, pidiendo perdón por lo que acabo de escribir, liberada de mis rencores y de mí misma.

Venía a dejarte sólo un beso, y el rollo que te acabo de soltar, perdona.

Para compensar te vuelvo a besar, encanto.

Isabel Mercadé dijo...

"El amor no perdona a los que juegan con él. No tenemos perdón del amor, Nathalie
a pesar de tu tono razonable
y este último zumbido de la ironía
atrapada en sí misma,
como una cigarra por los niños.
El viento nos devuelve, a ti en Bonnieux
a mí en un París que cada instante rompe, contra
toda expectativa,
sus vagas relaciones lluviosas con el sol,
el peso exacto de nuestras palabra de las que hicimos un mal gasto al cambiarlas por moneda liviana, pequeñísima,
y ese negocio de vivir al día no era más que, a lo lejos, una bonita fachada
con angustiados gitanos en la trastienda." Enrique Lihn
Espero que no le moleste, don Pedro, que le diga así cuánto me ha recordado al poeta chileno.
Un abrazo.

gaia07 dijo...

Esta es la despedida más triste.
Tras la distancia en el tiempo volver a pensar y saber que no olvidaste.
Ahora sí, dices adiós de verdad no ha lugar la esperanza.
Ya no será jamás.

Un beso enorme (este si será ;-P)

Shandy dijo...

Cambiar la pasión del cuerpo por la pasión del alma, es una forma de sublimar la primera. No hay goce absoluto, pero tampoco dolor. El arte es un buen refugio. Y una vez superada la penitencia de la nostalgia y del desamor no se es infeliz.

No obstante yo me quedo con las dos. Soy ambiciosa.

Te dejo una letra de Lolita Colina:
"Se me olvidó que te olvidé,/se me olvidó que te dejé/se me olvidó que tú no estás/que ya ni me recordarás/ y me volvió a sangrar la herida,/ se me olvidó que te olvidé/ y como nunca te lloré/ entre las sombras escondido,/y la verdad no sé porqué/se me olvidó que te olvidé/ a mí que nada se me olvida"

Besos de recuerdo.

Pedro dijo...

Nerudiana Arantza G. tus palabras se adelgazan a veces y te entiendo.
Te entiendo hasta cuando estás en silencio.
Beso.

Pedro dijo...

Hoy no sé si vas o vienes Mayte, pero seguro que tú te has entendido.
Yo, un poco. Bikiño.

Pedro dijo...

Te he entendido gloria (creo)
Y el beso de entrada y el de salida, muy ricos.
Repite cuando quieras.

Pedro dijo...

Al contrario Bel, un honor la comparación.
¿Cuántos chilenos pueden vivir en París?
París es una ciudad magnética.
(Además de estar llena de significado para muchos)
Un abrazo.

Pedro dijo...

gaia07, tú sabes, esta carta la escribí desde tan dentro que ahora, al leerla de nuevo, me pregunto de dónde me saldrán estas cosas tan intimistas, tan de una vida que no es la mía.
O sí, yo qué sé.
Un beso que ya verás…

Pedro dijo...

Oye Shandy, a mí que me dejen de rollos, lo de sublimar está bien, sí, pero la pasión del cuerpo (cumplimentarla) que la dejen tranquila, a su ritmo.
Jajajajajajajajajaja

http://www.youtube.com/watch?v=G6DOfAEusz8
Lolita de la Colina (Oye, sé que soy un…pero este vídeo me parece muy erótico)
Ay, como estamos…

Arantza G. dijo...

Pues me conoces muy bien; mira que pocos me conocen y menos me entienden...
Una suerte para mí.
Un beso

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