sábado, 24 de octubre de 2009

Pérdida.

La sorpresa es un afecto y por ello un efecto. Podemos pensar que la sorpresa es la emergencia de algo cuando nada se esperaba, pero la sorpresa verdadera, la sorpresa en sentido analítico, se produce sobre el fondo de lo esperado, de lo esperado a nivel del inconsciente. Si consideramos al inconsciente como una escritura, originando con ello los cuatro modos lógicos que conocemos, si calificamos algo como posible, estamos diciendo que su acontecer no nos sorprenderá. En efecto, lo posible no sorprende: sorprende lo que adviene, como contingencia, sobre el fondo de lo imposible. O sea, que sólo hay contingencia porque hay imposible y al revés, teniendo claro que la contingencia queda del lado del acontecimiento, mientras que la sorpresa es del sujeto. ( J. Antonio Naranjo)


Uno, un día, quizás, se pierde en un recodo y descubre otro universo.
Allí hay más vida, diferente, nueva, con colores del verde al añil, con tanta dicha que respirar es un ejercicio divertido, con un placer tan intenso que lo eterno es corto, el cielo, pequeño, el ahora, un siempre desmedido.
Quién se perdió lo sabe.


Quién se perdió sabe que el regreso a la realidad es duro.

9 comments :

Tesa dijo...

sk8 dijo...

¿Quien me ha visto?
¿Cómo lo sabes? ...

Shandy dijo...

Me quedo moliendo el texto de J. Antonio Naranjo. Entiendo que lo que nosotros reconocemos como posible, aunque sólo sea a nivel inconsciente o intuitivo, es esperado, sabemos que puede ocurrir e incluso lo podemos prever. Se basa en algo concreto, en algo anterior o previo que ya está en nosotros, que ya hemos pensado.
Lo contigente creo que está más relacionado con el azar.
Bueno, que me quedo de molienda y con una pregunta "¿Cuáles son los cuatro modos lógicos?" a los que se refiere Naranjo.

Me he perdido en más de una ocasión. Son "Universos" fugaces, pero tan intensos que el "ahora es siempre desmedido".

Me gusta ese paisaje. Me recuerda a una perdida en la Sierra de la Cabrera en León.

Besos nada contingentes.

Ariadna dijo...

Perderse y volverse a encontrar...
¿Por qué?

Tempus fugit dijo...

A mí me pasó eso y ¡puf! nací en este mundo.

un abrazo

gaia07 dijo...

A ver, queda claro, sorprende el sujeto.
Si la contingencia es lo que puede ocurrir o no ocurrir y queda de lado de lo acontecido, es que el sujeto ha hecho lo imposible (siempre desde un sentido analítico, por supuesto).

Es cierto, no hay más que perderse para ser sujeto del imposible.
Y aquí me hallo, divertida, incentivada y sorprendida con la pérdida de mi lógica consciencia cada día.

Un abrazo más fuerte que el de ayer.

Arantza G. dijo...

Juro sobre el Quijote que me gustaría perderme.
Pero...no tengo la locura del Ingenioso Hidalgo.
Besos dulces.

mabel g. c.© dijo...

Practico cada día, espero conseguir un "nirvana de la pérdida", ir y volver, como medicina, sin transiciones abruptas...

A veces logro convencerme a mí misma y más de una vez a punto estuve de perderme realmente.

No te pierdas. Besos.

pepa mas gisbert dijo...

Entonces ¿por qué regresa?-

Un abrazo

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