jueves, 27 de mayo de 2010

Chino


人 Trepo hasta la punta del blog, oteo el horizonte por si alguien se ha dejado una caricia entre las olas del lenguaje. 情 Escribir es pedalear cuesta abajo en una bicicleta sin frenos, es rebuscar en las papeleras del Tiertegarten mientras un chino y una china que se amartelan en un banco próximo nos mira sin entender. Escribir es ser chino. 眼

Dejo una bandera en un extremo del texto para delimitar dónde empieza la verdad y dónde termina la realidad. La verdad es un concepto variable. 里 Escribir es ser variable. Se puede ser sublime, normal, mediocre, intermedio o un capullo. 情 Ser sublime no está reñido con lo subliminal, de hecho solo está reñido con la mayoría, es muy suya la sublimidad. Ser un capullo está al alcance de cualquiera. La característica principal es la de no reconocerse en ese estado. Cuando me miro en un espejo pienso “mira, un capullo”, pero de inmediato comprendo que no soy yo. 眼 No sé si me explico bien, es decir, me miro pero no me veo, el que soy no es el que veo (un capullo) sino el que me siento (o sea, otro). Es lo que tiene mirarse. 出

Tuve una amiga (la tuve, disfruté de su generosidad, creo que fue en otra vida, un miércoles) que no se reflejaba en un espejo. 情 La última vez que nos amamos le sugerí que la postura treinta la intentásemos frente a un espejo, accedió, nos aplicamos al acto y, qué curioso, no se veía, ella estaba pero no estaba. 里 Entre suspiro y suspiro decía que le daba vergüenza. 眼 Eso me hizo pensar (después del acto, claro, soy hombre, muy, no sé hacer dos cosas a la vez) que quizás esa vergüenza, es decir lo que venía de fábrica, el ADN, lo anterior a lo aprendido, lo incrustado después por una educación, lo adquirido forzosamente por tantos que nos enseñaron lo que sí y lo que no, es lo que da visibilidad a lo real. Veía a un capullo (yo) pero no veía lo sublime (ella). Los dos nos lo perdimos. 出 Ser ciego no tiene nada que ver con ver. Compro bastón y cascabeles de segunda mano. 人

Bajo hasta la cloaca del blog, meto las manos en el agua sucia por si alguien ha perdido un anillo, un diente de oro, el estremecimiento en la piel cuando la brisa nos roza si en primavera estamos sentados a la sombra de una higuera. 手 Escribir es intentar tocar con delicadeza el corazón del posible lector, o empujándolo bruscamente o tumbándolo en un salón de Versalles. 君 Escribir también es abrir la puerta del espejo para que alguien salte a este lado, con candil o tanteando, con la cabeza alta y abierto a todo lo que pueda ocurrir (le). 动 Este es un blog para valientes. Soy chino y no entiendo nada de lo que he escrito hoy. 情 人 眼 里 出 西 施 五 十 步 笑 百 步动 口 不 动 




17 comments :

 Mayte dijo...

Se abre el hemisferio y salta el alma a darse un chapuzón en colores de piel excitantes y miradas con sabor a té de ese bajo el sol agobiante de mayo con un abanico y kimono sobre los tobillos, un viento sacude los arrozales y salpica el agua con aroma a peonias o eran flores de ciruelo resbalando por la memoria, da vueltas la tierra, un estruendo en mis ojos y creo que ya soy yo, delirando por tu culpa de nuevo :p

Biko a la oriental, Pedro.

Tempero dijo...

¡De escribir se han dicho tantas cosas de lo que es! Del no escribir alguien nos quiere decir a ti y a mí (y a muchos más) qué es. Porque hay vidas a un lápiz pegado, como Góngora era a una a una nariz pegada, como quevedo era un simultáneo de escritura. Tú y yo que vemos una molécula de nube en el cielo y ya nos imaginamos una gota inaccesible o una tormenta insidiosa. ¿A que escribirías con el dedo por la calle si quedara un registro en el aire? Pensarían que estás tonto o que estás dirigiendo a una supuesta orquesta. Pero no, lo raro es vivir sin escribir.
Mira yo, me dijeron que escribir era como arar y sembrar y a veces no aro, cavo. Cavo tan hondo que me digo, Manuel esto se ha convertido en una galería de palabras, que no, Manuel, que la minería ya no existe y que ya nadie lee con casco y luz en el frontal, que ahora se lee como quien rastrilla, todo cómodo. Y no es que sea difícil hacer un barreno pero es que hoy se escribe como se respira. Y así vamos, con una procesión de espejos y oraciones que dan para poco más que el rato. Y yo, aunque tú lo creas, no sé escribir: radio mi loco presente a través de papeles sueltos y pantallas alucinadas.

Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Mayte, mira tú que comentario tan precioso. Una joya. Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

No, si te entiendo, Tempero, escribir es como respirar. Yo me ahogo, frecuentemente, eso que no fumo.
Cada uno tiene una cualidad. Por ejemplo yo ando muy bien. Voy por la calle y me dicen “ese Pedro, qué salero”. No me veo, y menos por la espalda, pero debe ser el meneo, la manera de mover las caderas, una cierta chulería al adelantar las piernas, qué sé yo, el caso es que gusta –en general- como camino.
Tuve una novia, años, que salía conmigo por los andares. Lo supe en mi periodo de cojera, me dejó. Eso es lo malo que tiene, crees que alguien te aprecia por las cualidades del alma y no, todo es apariencia, esa “me quería” por lo que se veía. Y eso que en aquel tiempo andaba por los bordillos (es decir una pierna por la acera y otra por la carretera), pero nada, no hubo manera, se dio cuenta. Y me dejo, ya te digo.
Lo de mi caminar es natural, no tiene mérito. Bueno, después he hecho cursillos de perfeccionamiento pero, la verdad, no me hacían falta. Por eso mantengo este blog, para compensar. La naturaleza es sabia, da por un lado lo que quita por otro, lo del pelo, por ejemplo, en mi caso su ausencia es la oportunidad de un territorio abierto a lo erótico, que me acarician la prolongación de la frente y es como entrar al paraíso por una puerta falsa, si ya lo sabían en el antiguo Egipto.
Pero estábamos hablando de lo de escribir, perdona que no me extienda en eso pero es que soy chino.
Estoy salao hoy, ya ves.
Un abrazo.

Nikté dijo...

Sigo recopilando canciones para una velada donde Hiroshima mon amour queda a la altura de una zapatilla. Reconstruyo un álbum de fotos donde no se donde colocar aquella donde hacía una genuflexión. Leo todo lo que cae en mis manos y suena a chino.
Algo pasa con Mary Anne.

mirada dijo...

Es así, estoy de acuerdo contigo, te leo varias veces además porque adoro tus metáforas.
Dejé de tomar azúcar blanco. Se irá notando también en el estilo de mis comentarios. Me gusta seguir aprendiendo contigo.
Un beso.

Ventana indiscreta dijo...

No sólo es un blog para valientes éste. este es un blog para soltalse la melena: ¿o no te la sueltas tú? (meta/eu/fóricamente escribiendo) Porque ya sé de esas hectáreas que tienes abiertas a lo erótico en lo exento de pelo. Este es un blog en el que trepas y bajas sin darte cuenta de su pulso, sin un sherpa que te te ayude a coronar, como la Edurne, que sí bonita, que tendrás todos tus ochomiles, pero la sesion protectora que llevas cada vez que subes una montaña no te la quita nadie. ¿Adónde están los tiempos que se subían a pelo las cimas?
Pero estarás de acuerdo que tu blog no es una cima, ni el mío, ni el de nadie.
Pero un buen encuentro si es bueno.
Besos.

Tinta de aterrizaje dijo...

Un espejo no es sino nuestro cristalino más defectuoso. No deberían existir.
Tu blog no es más que un iceberg.
Habrá posibilidad de que un cuervo anide en la nuca de Parker.
Y también tú, como la Maga, a tus valientes lectores sabes 'hacerles cosquillas en la barriga y les hablaba un lenguaje y misterioso, con citas a plazo fijo, consejos y advertencias'.

irene dijo...

Yo lo entiendo todo, aunque no lo sé explicar, esto me hace dudar si realmente entendí todo, todo, me da igual, me he quedado con mi idea y me encanta, no mi idea, sino la que la lectura de tus palabras me ha sugerido, he trepado a las alturas, me he sumergido en el fondo, lo he exprimido hasta el último rincón. Creo que si las circunstancias no fueran tan adversas, me enamoraría de ti, pero mejor así, un amor platónico puede ser muy duradero, no te asustes Pedro, no soy peligrosa, lo que sucede es que hoy hay luna llena, y aunque dicen que no influye, yo creo que sí. Intentaré esta noche ir a capturarla al Templo de Debod, si la encuentro debe estar preciosa en ese entorno, espero que se deje fotografíar.
Iba a decri más cosas sobre capullos y demás, pero me callo, ya está bien.
Un beso, Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

Cuidado, Nikté, no te montes muchas películas, que si luego no sale como esperabas te quedarás chafada. Ahora, eso sí, con buena música.
Me genuflexo y te beso. A Mary Anne y a Anne Mary.

Pedro M. Martínez dijo...

Aprendemos juntos mirada, ayer tocaba espeleología, hoy meteorología. Lloverá, ¿ves?, no somos nada, parecía que venía el solcito y ná. Besos múltiples.

Pedro M. Martínez dijo...

Estoy de acuerdo, Ventana indiscreta, tú solita empiezas a bajar, a subir, te montas la película y además quieres que esté de acuerdo contigo. Pues ya te lo he dicho, lo estoy.
Pero, la verdad, entre que subimos y bajamos, disfrutamos y, por lo menos, no estamos robando peras. Besos de altura.

Pedro M. Martínez dijo...

Tinta de aterrizaje, Rayuela es mi libro de cabecera, mi biblia, allí donde encuentro lo que no busco. Gracias.

Oh Maga, en cada mujer parecida a vos se agolpaba como un silencio ensordecedor, una pausa filosa y cristalina que acababa por derrumbarse tristemente, como un paraguas mojado que se cierra. Justamente un paraguas, Maga, te acordarías quizá de aquel paraguas viejo que sacrificamos en un barranco del Parc Montsouris, un atardecer helado de marzo. Lo tiramos porque lo habías encontrado en la Place de la Concorde, ya un poco roto, y lo usaste muchísimo, sobre todo para meterlo en las costillas de la gente en el metro y en los autobuses, siempre torpe y distraída y pensando en pájaros pinto o en un dibujito que hacían dos moscas en el techo del coche, y aquella tarde cayó un chaparrón y vos quisiste abrir orgullosa tu paraguas cuando entrábamos en el parque, y en tu mano se armó una catástrofe de relámpagos y nubes negras, jirones de tela destrozada cayendo entre destellos de varillas desencajadas, y nos reíamos como locos mientras nos empapábamos, pensando que un paraguas encontrado en una plaza debía morir dignamente en un parque, no podía entrar en el ciclo innoble del tacho de basura o del cordón de la vereda; entonces yo lo arrollé lo mejor posible, lo llevamos hasta lo alto del parque, cerca del puentecito sobre el ferrocarril, y desde allá lo tiré con todas mis fuerzas al fondo de la barranca de césped mojado mientras vos proferías un grito donde vagamente creí reconocer una imprecación de walkiria. Y en el fondo del barranco se hundió como un barco que sucumbe al agua verde, al agua verde y procelosa, a la mer qui est plus félonesse en été qu'en hiver, a la ola pérfida, Maga, según enumeraciones que detallamos largo rato, enamorados de Joinville y del parque, abrazados y semejantes a árboles mojados o a actores de cine de alguna pésima película húngara. Y quedó entre el pasto, mínimo y negro, como un insecto pisoteado. Y no se movió, ninguno de sus resortes se estiraba como antes. Terminado. Se acabó. Oh Maga, y no estábamos contentos.

Pedro M. Martínez dijo...

Ese es el tema irene, entender de qué va. Luego cada uno lee lo que quiere, hace lo que le parece, como no.
No sé si te he entendido, pero me ha gustado. Un beso

gaia07 dijo...

Tenacidad china, capacidad humana para crear belleza desde las supervivencias más crueles.

Desde lo más alto a lo más bajo de este blog oteas frases perla, hallas palabras esmeralada, surgen emociones excelsas, y quedas traspasada de sentidas alteraciones hasta la siguiente entrada.
Es aditivo. Sin efectos secundarios nocivos, pero… los secundarios positivos tampoco hay que perderlos de vista, su adición te hace más sensible a productos televisivos y lecturas de baja calidad, charlatanerías y elementos sugestionantes. Llevándote consecuentemente a ser crítico en tu círculo social. Es aconsejable tratar de guardar tus reflexiones para momentos compartidos con personas que padezcan los mismos efectos secundarios positivos.

一会见。 (”Yīhuìr jiàn” Hasta dentro de un ratito).

Pedro M. Martínez dijo...

gaia07 es el polen, seguro, un efecto de la primavera. Puede ser la luna nueva. O que te ha picado un bicho. En cualquier caso hay antídoto. Creo. No lo tengo, de momento, consultaré en mi farmacia favorita. Si eso, te lo envío. Si eso.
Por encima de otras consideraciones, estar aquí cada día me obliga a mover las neuronas (la emoción se mueve sola), a trabajarlas. Sale lo que sale, mis limitaciones son muchas. Pero lo intento, con intensidad, con ahínco, con positivismo (¿qué será eso?) y sobre todo con buen humor. Además me ayuda a conocerme mejor, a tenerme respeto. Me miro al espejo, desnudo (lo siento, mira para otro lado) y me parto de risa, “este eres tú, tío, por fuera al menos, no somos nada” y ya si me miro ese moratón que me he hecho en un costado, esta mañana, al golpearme con un grifo cuando me duchaba es que me quedo al borde de la decrepitud. Aún así me río, es lo que hay (ayayayayayayay. Ay).
No sé de qué estábamos hablando, se me va la onda. Te beso.

mabel g. c.© dijo...

Lo releo ahora, como ese tentempié de media mañana. En este caso un exquisito bocado de ficción/realidad.
Y ahora, sin verme, más que nada porque prefiero no mirarme (con estos pelos), atravieso el espejo y me asomo al balcón de la letra cotidiana.
Un placer leerte. Besos.

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