jueves, 31 de mayo de 2012

María Eugenia.



Dejaba el traje y la camisa cuidadosamente plegados sobre una silla, los zapatos alineados bajo la cama y esperaba, nervioso, desnudo, que ella entrara en la penumbra de la habitación.

Mientras, miraba los libros en la mesilla de noche, los cuadros familiares, los collares y anillos sobre la cómoda, escuchaba el fluir del agua en el cuarto de baño.

Evitaba mirarme en el espejo, me sentía ridículo, además estaba engordando y mi cuerpo no era el del corredor de fondo que fui.

Por fin entraba ella, perfumada, magnífica, segura. Ven, decía, y en ese primer abrazo se abría el cielo.

Omitiré el resto.

Debí haberme dado cuenta, el coche azul aparcado al fondo de la calle, el hombre paseando a un perro blanco, el silencio a mi paso.

-María Eugenia, ¿te pagaba?

-Por supuesto.

-Pero, tú… tienes setenta años.

-Y cuantos te crees que tiene ella.


-Es cierto, sigue.

Le susurraba las palabras contenidas en las cartas de hace tanto, las que le escribí desde la lejana cárcel del amor. Eso le gustaba, también.

-Un momento…

-No, mañana seguimos, estoy cansado, lo siento, es la hora de mi medicina. Adiós, John.

-Hasta mañana.

(Y así, en los hospitales se cuentan muchas mentiras)



miércoles, 30 de mayo de 2012

El remordimiento



El remordimiento como una bestia parda hocicando en las entrañas de lo establecido, de lo correcto, de la norma. Para calmar su furia ofrecemos sacrificios en el altar de la tradición, nos mortificamos con cilicios en los muslos del deseo, encadenamos el instinto en un sótano del edificio del recuerdo.

Me quito la camisa.

La culpa, el sueño y yo caminamos por la misma ciudad, por diferentes calles, esclavos de la soberbia, del imposible milagro de los panes y los peces. Es lo que es.

Me quito los pantalones.

No quiero hacer trampas en la blanca pared de cada día. Me he comido las sobras del silencio, he apurado los posos del idilio, he rebañado el plato de lo romántico. Aún está en mi boca el sabor de aquel banquete. Pero lo que fue, fue, historias, ya está todo dicho, no hay más que hablar, las cenizas están esparcidas desde los montes.

Levanto mi copa para celebrar lo que aprendí entonces sobre quién soy yo. De ese desconocido en mí que a veces sale, me habla, razona, rompe el espejo, quiere apartar de la puerta las piedras de la rutina, la abre, cauteloso asoma la cabeza, la cierra, se esconde, es.
Lástima tener una sola vida.

Este es un rincón perdido, obstinado, terco, sostenido en el extremo de un palo en equilibrio sobre la nariz de un malabarista con el culo al aire que repite salmodias y letanías, que ve girar atemorizado las ruedas del tiempo, que agita con una mano el sonajero del miedo y con la otra espanta las sombras de damas sin rostro. Algún día se caerá.

Un drama, la vida como un trayecto complicado por caminos embarrados, por vericuetos y trochas ahora que nos quieren cobrar las autovías y la lluvia de abril ha borrado los mapas, ahora que los refugios están cerrados y nos faltan nombres para el huracán Bankia y los  que vienen.

Decididamente, está llegando el verano.

O así.



martes, 29 de mayo de 2012

Tú, la que eras.


Tú, la que eras, infatuación erótica, azar que desborda el tiempo con fluidos que envenenan la cordura del vendedor de víboras, sentimientos omitidos, no.
Que callen ya las sirenas. 
Los hombres están dormidos.
Los niños aún no han nacido.


lunes, 28 de mayo de 2012

10 - Blue Valentines





En el Vaticano.



 El Vaticano prepara más arrestos por la filtración de documentos


Se dice en el Vaticano que los cuervos raramente vuelan solos. Que Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI arrestado el jueves pasado por robar y difundir documentación secreta, no es el único traidor. Se sospecha ahora de una mujer, igualmente al servicio directo del Papa. Joven. Casada. Italiana... Los rumores que suben y bajan el Tíber a veces dicen una cosa y otras veces justo la contraria. “El cuervo ha cantado”, aseguran unos, “y está señalando uno por uno a sus cómplices”. Otros, en cambio, sostienen: “Paoletto, en su celda, reza y calla”.

Unos y otros, sin embargo, coinciden en que ni el mayordomo desleal —46 años, casado, tres hijos, profundamente religioso— ni la misteriosa mujer aún sin nombre actuaron por su cuenta. Habrá más detenciones. De más nivel. La Gendarmería vaticana —bajo el auspicio de una triada de cardenales nombrados por el Papa— trata de responder la pregunta clave: ¿a quién beneficia la filtración masiva de documentos secretos conocida como Vaticanleaks? Todas las miradas se dirigen hacia las más altas instancias de la Santa Sede, allí donde desde un tiempo a esta parte los hombres de Dios libran una guerra endiablada por sentarse en la silla de Pedro en cuanto Joseph Ratzinger, que acaba de cumplir 85 años, se muera o dimita.
 El cuervo Paolo, en ese caso, solo sería un chivo expiatorio. Su esposa, Manuela Citti, asegura: “Mi marido quiere bien a la Iglesia. Estoy segura de que no habría hecho jamás ninguna cosa que pudiera hacer daño al Santo Padre”. El mayordomo tiene la doble nacionalidad italiana y vaticana y, hasta su arresto, vivía con su familia en un confortable apartamento dentro de las 40 hectáreas del Estado Vaticano. Fue allí donde los gendarmes encontraron “cajas repletas” de documentos y “el aparataje necesario para reproducirlos”. Tras la acusación formal de robo, Paolo Gabriele designó a dos abogados de su confianza, que ya se han entrevistado con él en una cámara de seguridad en el Tribunal de Vigilancia del Vaticano. El Papa, que según sus portavoces se encuentra “golpeado y triste”, no ha hecho referencia explícita al escándalo, si bien ha aprovechado las celebraciones religiosas del fin de semana para enviar a los fieles un mensaje de tranquilidad: “El viento golpea la casa de Dios, pero el edificio construido sobre la roca no cae”.

No obstante, las diferencias entre los más altos representantes de la Curia, que hasta ahora se dirimían en secreto, empiezan a salir a la luz pública. El cardenal Carlo Maria Martini (Turín, 1927) ya advirtió ayer que la Iglesia, tras los últimos escándalos, “debe pedir perdón a todos para recuperar la confianza de los fieles”. El jesuita se remonta 2.000 años para decir que también Jesús fue traicionado y vendido y que ahora el Papa ha sido víctima de una acción malvada. Tal vez, insinúa el cardenal, porque los hombres de Dios están demasiado pendientes de “los tesoros de la Tierra”. Aunque sus amigos rechazan que Paolo Gabriele buscara lucrarse con la difusión de documentos, la Gendarmería vaticana está examinando sus cuentas bancarias y sus llamadas de teléfono para saber quiénes fueron sus compañeros de traición.


Disculpen que insista.





domingo, 27 de mayo de 2012

Moustaki


Moustaki cantaba aquello de Je ne sais pas où tu commences/Tu ne sais pas où je finis pero el tiempo ha pasado y nadie sabe quién era/es Moustaki y mucho menos le importa a nadie saber dónde empieza uno. Saber dónde termina es más sencillo. Un blog es una esquina a la nada. Dejar el alma en un blog es invertir en Bankia, un derroche. Y sin embargo te quiero. El alma está llena de pasodobles, de canciones olvidadas, de gustos bajo la lengua y sobre una cama, desde papillas en una cocina luminosa hasta visitas a hospitales con enfermos que se mueren después de luchar con enfermedades oscuras. Algunos no se mueren, es difícil morir. Y lento. Dans le jardin de l'homme au cœur blessé,/l'herbe est brûlée. Pas une fleur  que también cantaba el de Alejandría, aquel discípulo de Brassens, (¿qué dice este antiguo?) que en un domingo como hoy se llenaría de inspiración con el sol que entra por la ventana y hace que escribir, todavía, sea un absurdo. Que tengan ustedes un buen día.   

“La Alejandría de mi infancia – recuerda – era el mundo en pequeño con todas las razas y todas las religiones. Soy raramente extranjero en alguna parte porque siempre encuentro una referencia con Alejandría en los idiomas que he escuchado ahí, los olores que ahí he respirado o los colores…”



sábado, 26 de mayo de 2012

Sé lo que estás pensando



26.05.2010 Ellos leen, vosotros leéis, nosotros leemos, él lee, tú lees, yo leo pero solo ensayos complejos, escritos inentendibles en las cuatro o cinco primeras lecturas, nada de novelas del tres al cuarto o poemas banales, folletines para desocupados, textos cristalinos, bah.




No hubo época alguna que no se haya creído ‘moderna’ en un sentido excéntrico, y que no creyera estar plantada, de manera inmediata, ante el abismo. La desesperación de la conciencia de verse claramente situada en el centro de una crisis grave y decisiva para la humanidad resulta crónica. Cada tiempo aparece ante sí mismo en tanto tiempo nuevo, sin remedio. Pero lo ‘moderno’ es bien distinto en el mismo sentido en que lo son los distintos aspectos que un caleidoscopio nos presenta.

Obra de los Pasajes, S 1 a, 4
Walter Benjamín



Tengo en mi casa seis paredes con bibliotecas llenas de libros, perfectamente ordenados por temas y alfabéticamente, con sus fichas y comentarios, unos cinco mil. Nunca presto ninguno. Me gusta tocarlos, alinearlos, saberlos ahí, inmóviles, llenos de ciencia, los he leído todos. Mis libros.

Me hablan de un invento absurdo, el eBook (Un libro electrónico, libro digital, ciberlibro, también conocido como e-book, eBook, ecolibro, es una versión electrónica o digital de un libro o un texto publicado en la World Wide Web o en otros formatos electrónicos. También suele denominarse así al dispositivo usado para leer estos libros, que es conocido también como e-reader o lector de libros electrónicos.). Tonterías, ya no saben qué inventar, nos quieren vender todo, de juzgado de guardia, leer en un soporte que no sea el libro tradicional, de papel, tocarlo, olerlo, ahí, guardarlo en una balda, mirarlo, una inversión de ciencia, la cultura en nuestra casa. ¡Viva la cultura! Soy una persona de principios, lo que está bien, está bien y lo que está mal, está mal. Lo de siempre es lo bueno. Nos estamos cargando una era sin saber dónde vamos. ¡Viva la tradición!




Informa Schlabrendorf de que Saint-Simon tuvo la idea de convertir la física, y además solamente ella, en la verdadera religión. «En las iglesias, los profesores de religión deberían dictar sus conferencias sobre los misterios y milagros naturales. Allí se dispondrían, según creo, máquinas eléctricas en el altar, aplicando corriente a los creyentes mediante el empleo de pilas galvánicas».


Carl Gustav Jochmann. «Graf Gustav von Schlabrendorf in Paris über Ereignisse und Personen seiner Zeit», incluido en Reliquien, volI, Hechingen 1836, p. 146. Cit. en Obra de los Pasajes, U 16 a




26.05.2012 hola, ¿qué pasa, colegas? tengo un iPad, buá, me he bajado ya más de cien títulos. Estoy leyendo Sé lo que estás pensando (1). Una pasada. Lectura ágil, interesante, amena, que se entiende, que engancha. Qué fácil es leer en un eBook, me lo puedo llevar a todas partes. Estoy pensando en regalar todos los libros que tengo, qué rollo, no sé dónde meterlos, los tiraré por la ventana, uno a uno. En esta tableta mínima, mágica, caben todos, todo. ¡Viva el progreso! ¡Viva Steve Jobs y la madre que lo parió!  ¡Viva este blog y todos sus lectores! (2)



(11)   Aquí puedes leer el primer capítulo.(Click)

(22)    Sí, tú también, anda, no te mosquees.


viernes, 25 de mayo de 2012

Laberintos y espejismos.

(Fernando Vicente)

A partir de una llamada telefónica todo cambió.

Ten cuidado con tu mujer, te engaña, dijo aquella voz y con ella entró la sospecha, la duda, el miedo, el rencor, la incomprensión, la impotencia ante una situación que no entendía, el progresivo aumento de las precauciones, el cambio de las rutinas, la vigilancia de las costumbres, el control, tantas cosas, en fin, que hicieron mi vida diferente.

No hubo más voces avisándome pero la semilla de la desconfianza había prendido y todo era mirar el buzón por si aparecían cartas sin remite, revisar las llamadas al móvil, el ordenador por encontrar mensajes comprometedores en el outlook, comprobar si había pruebas en la ropa, manchas sospechosas, olores, mirar los kilómetros del coche, los cargos en la tarjeta de crédito, la disminución del deseo, la intensidad de las miradas, indicios de otro hombre, señales de la infidelidad presentida, pavor ante la soledad.

Desde aquella llamada mi existencia entró en un agobiante ejercicio en el que solo me preocupaba proteger mi dignidad, mi propia estima, mi supervivencia.
Fueron tiempos duros, muy duros, se me fue la cabeza.

Un día me planté ante el espejo, me miré, encaré mi realidad y me propuse vivir como antes, antes del aviso, antes de aquello. En poco tiempo lo logré, apenas necesité cuatro años. Tampoco me resultó difícil, sobre todo teniendo en cuenta que soy, siempre lo he sido, un hombre solitario, soltero, sin pareja, que nunca he estado casado.



jueves, 24 de mayo de 2012

De psiquiatras y gordos.


Se lo conté.

No nos había hecho nada pero era gordo y nosotros éramos cuatro. Le dimos una paliza, le seguimos hasta su casa, pegándole.

Esto se repitió dos domingos más, después de la matinal del  Gayarre. El chaval gritaba y nos insultaba pero ante nuestros golpes no podía hacer otra cosa que correr.

Aquel acoso duró hasta que su padre le acompañó y los que corrimos fuimos nosotros. Cambiamos de matinal, nos fuimos a la del Deusto. Éramos crueles, lo sé.


Entonces él me preguntó que por qué le contaba esto.

No supe qué decirle. La verdad es que pasó hace mucho tiempo. Se me ocurrió sin pensarlo. Quizás ahí medio reclinado, medio tumbado me salió sin querer, seguro que lo llevaba muy dentro.

Entonces él me dijo que también era gordo, que si no tenía ganas de pegarle.

Me levanté y le pegué, vaya que si le pegué. A mí no se me pone nadie chulo. He cambiado de psiquiatra.




miércoles, 23 de mayo de 2012

Sujeto




Pero el festín inmóvil sigue, el viaje sigue abajo,
se está a salvo del cambio, nada moja
estas mejillas que ha pulido el fuego,
que el tiempo desconoce en su carrera
aire arriba, en los árboles que pasan y se alternan.


(Cortázar)





El sujeto. Una puerta, cerrada. Lo que es, hace, calla, acepta, la quietud de los días, lo que piensa, la realidad detenida.

El sujeto. Una puerta, atrancada. Lo que quiere, piensa, sueña, anhela, teme conseguir, flota a lo lejos, lo imposible entre nubes Pollock.

El sujeto, sujeto, atornillado al suelo, a la rutina, se ha enganchado en el viento y se estira, tal parece que vuela, gesticula, imita a un pájaro, gorjea, se posa en su rama, duerme con la cabeza bajo el ala.

Movimiento, no quedarse en el umbral, me estoy grabando, sonrío, finjo, imito, me disfrazo de imposibles personajes, sentado en la grúa, arriba, fuera de plano, mirando allí, desde otro lado.

Continúa la fiesta, estamos vivos.



martes, 22 de mayo de 2012

Solidago.



...Pero si yo pudiera disfrutarlo sin ofenderos, estad seguros de 

que sería dueño de la mayor alegría que hombre alguno pueda poseer. 
(Ludovico Ariosto, Il Negromante)



Contar de un día para otro, contar, ¿a quién le importará?, no estoy para nadie y he cerrado todas las ventanillas con candado, me he puesto una máscara antigás y tengo la memoria perdida de libros, disquetes de ordenadores antiguos, cuadernos de anillas con apuntes al estilo Walter (Benjamín), cuerdas rotas de una guitarra de Mick Taylor y una piedra.
Respiro y miro, busco las palabras que naveguen como barcos triangulares por el mar blogger oscuro y torpe, valen solo las que sobrevivan a la tempestad de la indiferencia. Hay un verso pendiente, el que nunca escribiré, una sospecha desesperanzada y la sombra de una sonrisa detrás de un maquillaje de naufragio.
Los niños juegan con cucharas y espadas de madera, en el patio ha crecido el musgo y el solidago, no todo está hecho y el chasquido de las promesas rotas, ese plof, plof de las pisadas estipuladas, el recorrido de los intrusos, no habla precisamente de victoria sino de abstinencia.
No se distraigan los incondicionales, no miren para otro(s) lado(s) que aún sin saber de qué va esta historia seguro que algo sacarán en limpio. O en sucio. Mueren los héroes y los cobardes, murió Cortázar y tenía una dentadura horrible, murió Valente y nos dejó poemas como perlas y su mal humor. Que nos esperen mucho tiempo.    
La razón de esto y eso es difusa, insisto por si alguien tiene abierta las escotillas y no se ha percatado que la marea del silencio sube, lo de los cangrejos y que el dolor en el corazón no se cura por mucha ginebra con tónica, paseos entre/por la niebla o huidas  de madrugada por la claraboya desvencijada de la infidelidad (a qué o a quién es ya otra cuestión).
Seguimos.      
(Ilustraciones de Jeff Simpson)

lunes, 21 de mayo de 2012

Dilogía 1



Ericka Lugo

Voy a contarte mi vida entera, esta vida mía que no empieza realmente, hasta el día que te vi por primera vez. (Stefan Zweig)

Sin quererme embozar en el desánimo escucho los pájaros y el viento en la alameda, el camino está cortado por flores, a los lados hay estatuas de mármol en jaulas de colores. Escribo yo y no otro y gozo y temo y el cazador está apostado en el brezo. Llega carta de ella (¿?) y me desbarata, me arma, me desarma. Estaba en un cuadrilátero insoportable de sal y de lágrimas y desde hoy he claudicado, he traspasado el límite, he pasado al otro lado y ya no entiendo nada, además sé que no se puede entender, siempre tengo la idea que es pasajero, pero no, persiste sin que pueda hacer nada por remediarlo. La hierba se quema de lluvias y la vida es como la recordamos, su sonrisa -la de la fotografía en la pared- me mira, alegrándome. Pienso en ella (¿?) sabiendo que no debo hacerlo, me obstino en su sonrisa y el pecho se me llena de catedrales con las piedras ardiendo y menesterosos escondidos en la sombra de las cruces. Escribo lo que no debo y aún así me grabo el óvalo de su cara, la pienso, la describo, su cara feliz, o lo parece, o estar con ella en una esquina puede ser tan mágico que puedo equivocarme y pintar de nostalgia lo que no es sino presente pero sé que no y la niña pertenece al pasado y queda la mujer que me mira, a la que no puedo tocar sin temor a que algo ocurra, a la que hasta su olor me atrae y me evoca recuerdos de los que no tengo constancia pero están ahí, cuando en el mundo no había un nosotros y su mirada y su halo y una alimaña detrás, escondida pero ahí, esperando que desfallezcamos para devorarnos y el cristal, también ahí, separándonos irremediablemente en este territorio de ríos azules, de otoños, de nostalgias heredadas, de arbustos negros, de olas sobrepasando la escollera del ayer, pataleo sobre el ayer, mecagüen el ayer. (Sigue)

domingo, 20 de mayo de 2012

Un momento mientras me peino


Merkel no siente presión




girls :: hellhole ratrace


The Inspiral Carpets – Further Away































18.05.12 - 19:54 -  MIGUEL PÉREZ |

Después de 'Life', la larga y ácida autobiografía de Keith Richards, las memorias de Pete Townshend prometen convertirse en el penúltimo seísmo del mundo de las estrellas del rock. El libro, editado por Harper Collins en Gran Bretaña, tiene ya fecha definitiva de edición: octubre de este mismo año. Lo único que queda por decidir es el título. Se barajan dos: 'Pete Townshend, Who He?' o 'Who I Am?'. En cualquier caso, está claro que jugará con el nombre de la mítica banda británica autora de 'Quadrophenia', en un guiño destinado a los miles de fans que durante cuatro décadas siguieron impenitentes sus brillantes álbumes y sus no menos salvajes escándalos. Cabe destacar que The Who dejaron en herencia: a) la costumbre de destrozar la guitarra contra el escenario al final de cada concierto (Townshend) b) la costumbre de destrozar las habitaciones de hotel, hasta el extremo de que en algunos de los establecimientos que frecuentaban terminaron por colocar vigilantes de seguridad en sus puertas.

El próximo lanzamiento del libro ha despertado ya una enorme expectación. Son las memorias más esperadas no solo por los seguidores de los Who, sino por el mundillo del artisteo y del periodismo musical, que juega a apostar a cuántos de quienes se han cruzado en su camino Townshend pone a bajar de un burro. Pero hay más razones para la impaciencia. El guitarrista, compositor y cantante de los Who es uno de los personajes más controvertidos de la historia del rock y, además, lleva inmerso en este libro desde finales de los 90. De hecho, 'Who I Am' (que es el título que el propio autor ha colgado en la web de la extinta banda británica) fue durante años pasto de todo tipo de rumores en relación a si realmente existía o se trataba de una ocurrencia más del músico. Curiosamente, la confirmación de que estaba escribiendo el libro llegó en 2003 por la vía más escabrosa posible: Townshend fue acusado supuestamente de consumo de pornografía infantil, aunque el justificó que el material encontrado en su ordenador era en realidad documentación para su autobiografía, pues él mismo sufrió supuestamente abusos deshonestos en su infancia mientras vivía en casa de un familiar, una terrible experiencia que cuenta dramáticamente en sus memorias.

Nacido en 1945 en Chiswick, una zona del West London habitada por menos de 40.000 personas, Pete Townshend formó con el batería Keith Moon, el bajista John Entwistle y el cantante Roger Daltrey el cuarteto que engloba todos los excesos del rock. Townshend, de acentuada personalidad escénica, tocaba la guitarra con una fiereza descomunal. Un día, en pleno concierto en el histórico Marqueé, rompió accidentalmente el instrumento. El público cayó en el delirio. Visto el efecto, el artista encontró la luz: a partir de entonces, haría pedazos la guitarra contra el escenario en muchos de sus shows. El asunto gustó tanto que Keith Moon empezó a destrozar también su batería, amén de que luego se aficionaría a lanzar televisores y equipos de música por la ventana de los hoteles. Pese a todos sus excesos y el consumo desmedido de alcohol y sustancias tóxicas, The Who, a cuyos miembros les unía el amor al blues y el soul, tocaron, y bien, todos los palos del momento: fueron rockeros, fueron mods, fueron psicodélicos y crearon dos operas-rock inmensas, 'Tommy' y 'Quadrophenia', cuya versión particular del director se ha reeditado ahora en un DVD mejorado.

No es extraño así que el agente editorial del guitarrista sea Ed Victor, el mismo representante de Keith Richards para la edición de 'Life'. Tampoco debe extrañar que Harper Collins haya esperado pacientemente a que Townshend escribiera el libro, habida cuenta de los ingresos que se adivinan y de que el colíder de The Who ha tenido un gesto que merece la enhorabuena: escribir la obra por sí mismo, sin acudir a terceras manos que dieran forma al relato. El propio Townshend, que ha comenzado a calentar motores publicitarios de cara a la próxima edición, ha manifestado su satisfacción por haber logrado finiquitar sus memorias en primera persona, ya que, según sus propias declaraciones, dará la oportunidad a los lectores de “escuchar” muchas de sus vivencias desconocidas “con mi propia voz”. También confiesa su fortuna de “estar vivo” para relatar “tantas aventuras salvajes”. Esto promete.









Otra dimensión del blog
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No se puede estar en misa y repicando, no se puede dormir y guardar la era, no se puede nadar y guardar la ropa, no se puede repicar y andar en la procesión, soplar y sorber no puede ser, repicar la campana y llevar al santo, las dos cosas a la vez no puede ser, entre escribir o estar con aquellos que aprecio prefiero lo segundo, entre la soledad de contar lo que no pasa y hacer que pase opto por intentarlo. Es domingo, no escribo, no escribí ayer, dejaros de blogs y tonterías, vivir, aunque llueva, aún con la que está cayendo, ser felices. Abrazos cordiales. 

sábado, 19 de mayo de 2012

¿Van los blogueros al cielo?


Resulta que esto es un bloggg y entran tantos visitantes que me he visto obligado a poner turnos, unos leen cabeza abajo y otros no leen, unos leen al derecho y otros al revés. ¿Ves? Digo leen y digo vienen, digo tantos y no digo nada. Recuerdo cuando me comentaban. Recuerdo cuando tenía tiempo y comentaba los comentarios. Recuerdo algunas cosas y otras no.
Me dicen.
P(regunta). ¿Escribes cada día, el lunes lo del martes y así?
R(espuesta). De momento sí, estoy en trámites para escribir el sábado lo del lunes pasado, por ejemplo, escribir en el futuro lo que publico hoy, o ayer,  pero de momento me encuentro con problemas de lenguaje, de  legibilidad, de saber explicar que lo que pasó, pasó, y no puedo contarlo antes. Quiero decir que veo lo que pasará pero no debo escribirlo previamente porque entonces no pasa, o puede que no pase, eso de las películas. ¿Y si me hubiera ido con Loli?, ¿y si hubiera nacido en Tanzania? Pues eso, no sé sí.
P. ¿Pondrás publicidad en el blogg?
R. No, sería prostituirme. O irme. Los anuncios dan dos duros. ¿Usted se prostituiría? No. ¿Y si le doy 1.000€? No, por supuesto, ¿por quién me toma? ¿Y si le doy 100.000€?...espere, espere, no se quite la ropa, era un suponer. A que sí.
P. ¿Le ha ocurrido todo lo que escribe?
R. No. Además ¿a usted que le importa?, lea y calle, como mucho comente y déjese de leches. Mire, esta página está tolerada para todos los públicos, pongo manzanas y se comen una pera, extiendo el alma sobre la mesa, la clavo con cuatro chinchetas y se mueren de risa, hago una broma y avisan a los bomberos. Solo me importa a mí, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. La realidad es lo que no ocurre. Escribo lo que veo. Tengo una televisión interior con 150 canales, siempre conecto con la misma emisora, solo tengo una idea –me rebota en el cerebro-, sexo. En general estoy ocupado con ese compartimiento en el interior de la cabeza en el que no hay nada. ¿en qué piensas, cari?, en nada.  De nada. Gracias.
P. ¿Sabe quién entra a este blog?
R. Ni la más remota idea. Sé cuantas páginas visitan cada día pero pueden ser mil o uno que entra mil veces. Yo qué sé, no me importa, me importa mantenerla (la página). Sé que en los últimos meses se han duplicado las visitas y se han reducido los comentarios. Sé que se han duplicado mis gastos y se ha reducido mi cuenta corriente. Sé que me lo paso bien aquí conmigo mismo (una especie de masturbación literaria) pero que me gusta mucha más (dónde va a parar) pasarlo bien con otros (otra. Hacer el amor, incluso inventarlo cada vez. Haz el amor y no la guerra). En grupo de momento, no (eso de los tríos no funciona, es un lío, no sabe uno si le toca arriba, abajo, si no le toca, si le toca demasiado, si lo que el tercero/a en discordia quiere rollo contigo y no con ella, yo qué sé), (de los cuartetos en adelante, orgías y cosas así ni hablamos, que te sodomizan por menos de nada, a mí lo que me cuentan)
P. A partir del blog glup ¿ha conocido a algún visitante?
R. A muchas/os. Todos maravillosos, buena gente, magníficas personas. Dejo algún ejemplo pero que nadie se sienta marginado, seguiré. //Recuerdo cuando me cité con G en Arzúa y me miró, me hubiera dejado cortar un dedo por sus pensamientos al verme, después el cielo se abrió en cuatro partes y aparecieron querubines tocando gaitas y panderetas, un anciano nos miraba sonriendo y yo miraba a G embobado (que es, más o menos, mi estado natural). //Recuerdo cuando R vino a Bilbao y era septiembre y solo conocía su nick y no sabía si era un sargento de artillería o un cangrejo, si tenía quince años o venía con sus hijos, su pareja o una banda de música. Resultó que era una dama levantina con todos los requisitos internos y externos para la perfección. Hablamos y solo lamento no haber podido dedicarle todo mi tiempo, haberle acompañado a cada rincón de esta tierra. Me ganó el corazón, un privilegio, R.// Recuerdo cuando C decía que a veces pasaba por Bilbao y se encendió una luz. Resulta que pasó y tiene dos ojos y una mirada, no solo eso sino que tiene todo lo necesario para dejarle a uno en estado de shock, nervioso, diciendo esto y aquello, impresionado, lelo. Lo mejor es que C volverá y se lo diré en varios idiomas. // Recuerdo…
P. Vale, vale ¿Solo ha conocido a señoras estupendas?
R. Pues no, pero de los señores hablaré otro día. Ahora debo cerrar el quiosco que está subiendo la marea y se me está mojando el dobladillo. Hasta mañana.


viernes, 18 de mayo de 2012

Vegetal.



Esta es una página vegetal que se nutre de recuerdos en cuarentena, de amargas sombras de catecismo y escaramuzas contra la tapia de la ermita, de la sospecha de que ya nunca volverá aquella balada que escuchábamos de madrugada, mis manos recorriendo su espalda como una selva, abriendo la puerta de sus muslos a las sombras, a los besos, el leve chasquido de los labios excitados, el ay, el sigue, el así, sudor y versos, susurros, se inclinaba y entrábamos en el cielo abrazados en deseo, querubines y leopardos, mordía sus hombros y el cuello me tentaba como un cordero perdido en la niebla, cazador de sugerencias y latidos, blasfemias y llanto, risas, luchando como bestias en el orgasmo, inútil y desvencijado  tiempo sin cabida para el sentimiento, maquinaria sexual, animal atracción, primaria, de azúcar e imposibles, la sangre en rebelión, monumento insensible, mercaderes violentos, los relojes rotos, alguien esperando nuestro regreso, no había cama, solo la pasión ardía como en San Juan,  enmudecieron los violonchelos, Haendel y Quignard, estaba cerca el tiempo de la locura.

Al principio era su cuerpo.  
De vagar por sus piernas en el después, del somnoliento paseo desde los omóplatos a los tobillos, exploración lenta de su sexo en la penumbra, bostezos y ronroneos, palabras dulces como rosquillas de anís, ni siquiera sabíamos nuestros nombres, éramos un tú y yo y onomatopeyas, gruñidos, ay, anónimos amantes, egoísta intercambio de líquidos y caricias, se daba, le entregaba, nos exigíamos sin otro contrato que desearnos, ven, ahora, me gusta, así no, sí, otra vez. De ahí, digo, alumbró un sentimiento mutuo que fue creciendo, lento al principio para después apresurarse, arrebatarnos y brillar.

Entonces el corazón se entronó y fue un reinado de Amor.
Por respeto a los nombres que llegaron omitiré la locura de las campanas, el ciego caminar ceñidos a la semilla y los ángeles, aguiluchos cazando  palomas en el crepúsculo, liturgia que tejía  en rojo engaño y miedo, los templos deshabitados de dioses, silenciosos bajo la lluvia que fecundaba el otoño y la razón humeando por las chimeneas de aquella imposible casa del futuro.

Tanto tiempo ha pasado que olvidé su rostro y el sentimiento se nubló.
Hoy me han llamado.  El cuerpo inmóvil bajo las blancas sábanas. Un tubo entra por su nariz y conduce una substancia parda. Los brazos asaetados por vías que le mantienen sedada, alimentada, con vida, aún. Duerme, su cara indica sufrimiento, es la de una anciana. El páncreas se ha roto, algo así he entendido a su hijo. ¿Qué sabíamos entonces de vísceras, del hígado, de los riñones, del estómago? Éramos habitantes de la epidermis. No puedo hablar, no me sale la voz. Los días han corrido, atropellándonos, fue fugaz el tiempo de alegría. Me miro al espejo, soy ese que no entiende nada, que teme, que embarduna el ayer en esta habitación de hospital mientras un demonio apaga el último rescoldo de la esperanza.

Ha pasado una vida.   


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