martes, 30 de octubre de 2012

Libros, Berlín y un poema.

“La fascinación es la percepción del ángulo muerto del lenguaje”

Pascal Quignard



Estoy leyendo  'Las solidaridades misteriosas' de Pascal Quignard, un libro curioso, extraño, complejo, para mí apasionante.

Encuentro esta entrevista en “El País” (Click)

Lo que dice me abre ventanas, conecta con tantas cosas que pienso.
Por ejemplo:

P. Se lo pregunto de otra manera. Parece que los estados de ánimo de sus personajes no guardaran relación con lo que sucede a su alrededor.
R. Quizá sea difícil entender para los más jóvenes lo que voy a decirle, pero es cierto. Quienes nacieron después de la guerra y no conocieron en primera persona sus desastres no tendrían razones para padecer las angustias de quienes sí los vivieron. Y, sin embargo, se apoderó de ellos un duelo inexplicable, como si los hechos y la manera de sentirlos no estuvieran sincronizados. He hecho psicoanálisis durante muchos años, pero no sé cómo explicarlo. Quienes nacimos después de la guerra vivimos nuestra infancia entre ruinas, y no es normal vivir la infancia entre ruinas. Tengo una enorme necesidad del pasado para constituirme un territorio, porque comencé con el pasado. Ya de niño lo pensaba.
La primera vez que visité Berlín me sorprendió, sobre todo, la puerta de Brandeburgo, también los magníficos edificios, las largas avenidas, la paz de sus calles, el Spree melancólico, las atareadas gentes, incluso que luciera el sol.

En alguna parte de mi cabeza conservaba un recuerdo negro formado por informativos, películas y revistas, de humo y destrucción, de ruinas, de dolor y muerte. Sin haber estado nunca, mi idea era la que dejaban escenas como esta.


O también dice Quignard.
P. Una especie de duelo retardado.
R. Todo lo que escribo tiene que ver con eso. Se pierde a la mujer a la que más se ha amado y no se siente nada. Siete años después, nos sentamos y comenzamos a llorar. No creo que los efectos psicológicos sean directos, inmediatos.
Esto debería pensarlo mejor, en principio no estoy de acuerdo. Soy más de llorar de golpe, siete años, luego paro y ya no lloro más (al menos por esa).

Se agita el corazón como si fuera
un órgano exterior clavado dentro.
Felices los niños que no saben lo que tienen
a ciencia cierta -sí lo que no tienen, por arte de magia.
Tristeza es descubrirse el corazón.

(Eduardo Milán)

Y es que no puedo estar a todo.
Aunque estoy disperso, si usted sigue el hilo es posible que saque algo en conclusión (avíseme, please). 

Puedo seguir pero será mañana porque tengo menos tiempo que cuando no tenía.
Estoy de guía por Bilbao y alrededores con una visitante especial.




2 comments :

Magnolio dijo...

Impresionante el vídeo. Esa cadena de mujeres pasándose ¿un cubo? dice mucho más de lo que muestra, tal vez que ante el horror la eficacia pierde importancia a favor del consuelo de los otros.

Creo que Quignard se refiere a la fatalidad del dolor. Puedes vivirlo, distraerlo o no, pero sus consecuencias siempre serán inevitables.

Anónimo dijo...

Solidaridades muy buena.
Por cierto, Glup es ahora uno de mis citios favoritos, aquí se ofrece el material perfecto para llenar los huecos imperfectos de la juventud moderna. Mis mejores deseos!
Jeze

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